¿Somos invisibles?
Suena drástico, pero parece. Quizá por eso nacen días como el “25N” o el “8M”, que de alguna forma “fuerzan” en la agenda pública hablar de mujeres.
Suena drástico, pero parece. Quizá por eso nacen días como el “25N” o el “8M”, que de alguna forma “fuerzan” en la agenda pública hablar de mujeres. Las comillas son una provocación porque sí se siente forzado; porque para ver a personas ignoradas que, sin embargo, han existido siempre, quizá sí hay que “chingar” la pupila para al menos notar que están ahí.
Ahora, ¿qué es el “25N”? Es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. No se preocupen, más allá de la cifra impactante de 10 mujeres muertas al día en México, no voy a ahondar más. Entendemos el porqué de este día. En realidad, lo quiero contextualizar en el deporte que, al menos a mí, me gusta más: el futbol.
Porque a pesar de que vibre pateando el balón o viendo cualquier partido de este Mundial, también es un fenómeno que, aunque cada vez lo hace menos, sigue siendo sutilmente violento con las mujeres. Más que nada, a través de justo eso: invisibilización. Aunque sea por ignorancia, y quizá ya cada vez menos, o incluso ya sin dolo. Porque sigue pasando.
De entrada, el partido Portugal-Ghana, el cual causó revuelo mediático porque Cristiano Ronaldo se convirtió en el primer jugador en anotar en 5 Mundiales. Es épico, sin duda. Demuestra una regularidad en excelencia que ha durado 20 años. Pero ser el primer jugador en lograrlo no lo hace el único. Marta Vieira, ícono de Brasil, así como Cristine Sinclair de Canadá, ya lo habían logrado antes. Es más, Marta tiene incluso más goles que Miroslav Klose, el mayor anotador (hombre) en Mundiales.
El único detalle es que no son jugadores, son jugadoras. Por eso, aunque para algunxs es ridículo tratar de utilizar lenguaje inclusivo, ayuda, y cambiar palabras para hacer nombres de puestos femeninos, o resaltar que un grupo de personas es mixto y no solamente varonil, ayuda. Cuando hablamos de “jugadores”, automáticamente el 95% de las personas –si no es que todxs –pensamos en jugadores hombres. Digo, no se puede pronunciar, pero poner jugadorxs ya te obliga a pensar en mixto. Algo se nos tiene que ocurrir.
La invisibilización de Marta y Sinclair no es exclusiva. También le pasó en el tenis a Margart Court, Serena Williams, y Steffi Graf este año, cuando “Rafa” Nadal ganó Roland Garros y, por ende, obtuvo su título de Grand Slam 22. En medios, muchos diciendo “GOAT”, el más ganador en la historia; etc. Y no porque no sea cierto, es el más ganador (hombre), sin duda. Pero apenas empató a Graf y sigue uno por debajo de Serena y dos por debajo de Margaret Court. Sólo que estas mujeres no han contado con ese nivel de exposición, y quizá tampoco se les ha dado ese valor a sus logros. El mismo que al de ellos. Y eso que el tenis es de los deportes más “progres”.
Sé que no es sencillo porque en muchas cosas las mujeres tienen una desventaja no sólo de décadas, sino de falta de registro. Como si no estuvieran en el radar.
Volviendo a lo de Cristiano, cuando algunxs puntualizaron que se nos olvidaban Marta y Sinclair, muchxs comentaron: “Ay, esos mundiales no cuentan”. ¿Por? En fin, con muchos logros de las mujeres pasa eso, como si neta no contaran. Como si fueran invisibles, cuando también han estado ahí.
En fin, sólo quería aprovechar el día para poner esto sobre la mesa. Igual, si bien todos los “los 5 Copas” son los jugadores hombres con más mundiales disputados, siguen por debajo de la brasileña Formiga, quien ha jugado 7 Mundiales. 28 años siendo top en su país.
En un día en que la selección iraní, la cual ha apoyado a sus mujeres en contra del maltrato policial, ganó en Qatar. Un buen día para quizá abogar por registros deportivos mixtos, capaces de voltear a ver a todxs.
Porque al final, el deporte, como la vida, tendrían que ir más allá del género.