GRADA Opinión

Orden y aventura

El “orden” se logra con el planteamiento, pero la “aventura” es una cuestión de convencimiento a través de la coherencia en los mensajes.

Isidro
Isidro Sánchez

Actualizado: 30 NOV 2022 - 2:38

Orden y aventura

Hace tiempo en una conferencia de prensa post partido, estoy casi seguro que fue a Marcelo Bielsa, DESPUÉS DE UN TRIUNFO, un periodista le comentó: “felicidades por cómo planeó el partido”, a lo que el entrenador contestó de la forma más natural y sincera posible: “yo siempre los planeo igual, sigo el mismo procedimiento e involucro toda mi experiencia, conocimientos y recursos; luego hay veces que sale y otras que no”. Un profesional, en cualquier área que éste ejerza, antes es un ser humano.

Como profesional está obligado a invertir toda su sapiencia en favor de conseguir un objetivo, pero como ser humano es siempre susceptible al error. Al emitir un juicio o realizar una valoración acerca de un fracaso se debe de tener clara esta diferencia sobre la causa: error humano o falta de capacidad.

La falta de capacidad la entiendo como la ausencia de los recursos necesarios para hacerle frente a un desafío; aún involucrando el 100% de la persona no va a ser suficiente para lograr el objetivo marcado. Como error humano considero la falta de sensibilidad para detectar, evaluar y darle el justo valor a las variables, recursos y entorno que rodea la situación en la que se da de intervenir; incapacidad para leer la información, oler el ambiente, sentir las necesidades.

En el caso del futbol, específicamente la labor de los entrenadores, cuando de evaluar su trabajo se trata, siempre hay dos momentos para hacerlo: durante el partido y al finalizar los 90 minutos con el marcador en la mesa. Soy consciente y entiendo a la perfección que en el alto rendimiento, el objetivo de la competencia es ganar, por esta razón asumo que la evaluación con “el marcador en la mesa” tenga más poder. Lo que estoy en total desacuerdo es que ambas valoraciones estén así lejanas, se olvide tan rápido el desarrollo y nublarnos con el marcador, le restemos tanta importancia al camino transitado, las causas, fundamentos, motivos y sea nuestro instinto depredador –al que no lo importan las formas sino el resultado –el que domine nuestro dictamen y sea este la base para futuras decisiones.

Gerardo Martino es evidente que erró, ni el marcador final ni el desarrollo del partido dan indicios de que México tuvo posibilidades de conseguir algo más. Analizando únicamente a la selección mexicana como equipo, al marcador 2-0 contra Argentina podemos darle muchas razones: tiene más calidad de jugadores; cuentan con el mejor futbolista del mundo; México tuvo un solo disparo a la portería en todo el partido; etc. Pero al analizar el desarrollo del encuentro, el planteamiento por parte del señor Martino, estoy seguro que el error no fue tan grande. Más del 60% del juego el marcador estuvo empatado; es verdad que cada minuto que pasaba, esto daba indicios que iba a cambiar en favor de Argentina, pero también es real que un resbalón, un error o una genialidad durante estos 64 minutos, previo al gol de Messi, hubieran cambiado la historia. Uno de los XI’s con menores recursos (dejando atrás el por qué se eligieron a ellos) compitió, “hizo partido”, en un entorno bastante complicado, y esto, desde mi punto de vista, es gracias al planteamiento, la apuesta elegida. Con los recursos disponibles y evaluando el entorno, el plan de partido (qué, cómo, con quiénes y dónde se va a ejecutar), en el papel, parecía acertado, pero en la previa, en la pizarra, nadie gana. 

El futbol, como dice César Luis Menotti, “es orden y aventura”. El equipo mexicano, el día sábado, fue puro orden: estructura, disciplina, cumplimiento de roles, referencias sin balón, saltos con coberturas, duelos, fuerza, desgaste. Aventura (valentía con balón, jugar desde la posición y no en la posición, atacar espacios; etc.), fue en lo que sin duda faleció la Selección, pero por la elección de jugadores (Kevin Álvarez en lugar de Jorge Sánchez; Herrera y Guardado en lugar de Álvarez y Gutiérrez), estoy seguro que la “aventura” era parte del plan, pero nunca se vio.

Para hacer una evaluación justa hay que tener en cuenta tanto el desarrollo (previo y durante el juego) como el marcador. De esta forma podremos darnos cuenta, o al menos estar más cerca, de determinar las causas y así mejorar el futuro. 

Por último, no basta únicamente con la correcta elección del plan de partido, “lo importante no es lo que les dices, sino lo que les llega”, citando a Miguel Llorente. El “orden” se logra con el planteamiento, pero la “aventura” es una cuestión de convencimiento a través de la coherencia en los mensajes.

Sobre el autor

Isidro Sánchez
Isidro Sánchez

Director Técnico con licencia UEFA A. Maestro en Psicología del Deporte.