Otros tiempos
¿Es más fácil o más difícil para los jóvenes lograr sus objetivos hoy en día que hace 10-15 años? No estoy seguro, pero sí tengo claro que en la actualidad el reto es mayor.
Hace algunos días me preguntaron mi opinión sobre en qué época era/es más difícil debutar para los jóvenes futbolistas: ¿hace 10-15 años u hoy en día? Talento que genera la competencia siempre ha existido. Oportunidades y espacios para que los jóvenes jueguen tampoco veo que haya aumentado o disminuido. Para mí, la mayor diferencia radica en la cantidad y facilidad de acceso a información que existe hoy por hoy.
Muchos pensaran que a mayor información, mayor la probabilidad de éxito, como bien lo mencionaba Diego de Buen para el programa “Desde la GRADA”: “La información genera conocimiento y este, a su vez, genera poder”. En muchos casos, la mayoría, no me cabe duda que es así; pero al ver la calidad de información a la que los jóvenes tienen acceso y cómo la utilizan, esta máxima me genera ciertas dudas.
La información, hoy excesiva, puede resultar nociva, dañina, contraproducente, cuando no es bien seleccionada (de calidad, veraz), pero sobre todo cuando es “mal manejada” (no hay recursos suficientes para asimilarla). Cuando la información se refiere, “más” no siempre es “mejor”.
Estamos ya acostumbrados a, en pocos segundos, obtener los datos o detalles de lo que sucede a cientos de kilómetros, simplemente “porque podemos”, pero, ¿realmente es necesario? Si para los adultos es un reto discernir qué sí y qué no en cuanto a información se refiere, imagen lo que esto puede generar en un joven que puede ver: a qué edad están debutando en otros países; a qué futbolistas de su misma edad ya los patrocinan mientras a ellos no; la cantidad de seguidores en redes sociales que tal otro futbolista ya tiene; los minutos, goles, asistencias de cualquier jugador de su edad; etc.
Mucha información, seguramente irrelevante, pero que de igual forma la consumen, generando ansiedad –mucha ansiedad –enemiga del desarrollo y crecimiento, y uno de los principales precursores de la infelicidad.
¿Qué provoca tanta ansiedad en los jóvenes? Sin lugar a duda, el constantemente estarse comparando. ¿Por qué es perjudicial la comparación? Porque nuestro parámetro de crecimiento, bienestar, desarrollo, felicidad, está afuera, es ajeno, incontrolable para nosotros. “La mirada a tu carril” (recordando lo que la natación me ha enseñado); respeta tus tiempos, nunca te conformes, pero honra tu proceso. Porque ‘X’ o ‘Y’ jugador ya hayan logrado cierto éxito o meta, nunca es señal que tú ya vayas tarde o te debas apresurar; este pensamiento solo genera ansiedad y malestar. El que ‘X’ o ‘Y’ hayan logrado cierto éxito o meta, solamente es señal de que para ti también es posible, siempre y cuando respetes tus tiempos.
“La ignorancia es atrevida y el conocimiento reservado”, bien dijo Thucydides. La información puede llegar a paralizarnos, llevarnos a la inacción y atentar contra la autoestima. La información también marca el rumbo, la mejor ruta para aumentar las probabilidades de éxito. La ignorancia, a su vez, muchas veces es valentía y en otras tantas es presagio de fracaso asegurado. Como todo en la vida, el secreto está en el cómo lo manejamos, de qué forma la utilizamos.
En un ejemplo de actualidad, tal vez el desconocimiento/poco conocimiento de Fernando Hierro sobre el futbol mexicano y el entorno y cultura de Chivas pueden ser una herramienta poderosa para abordar los problemas/oportunidades con una visión clara. La información determina nuestro comportamiento; quizá la desinformación nos acerca a nuestra esencia.
¿Es más fácil o más difícil para los jóvenes lograr sus objetivos hoy en día que hace 10-15 años? No estoy seguro, pero sí tengo claro que en la actualidad el reto es mayor.
De la misma forma que las variables/datos/avances/conocimientos han aumentado, de esa misma forma las redes de apoyo (padres, entrenadores, directivos) para los jóvenes debemos jugar un papel más activo (no castrante).
El joven siempre querrá y tendrá más, pero el adulto debe ayudarlo, guiarlo, para cuánto y con qué es suficiente.