GRADA Opinión

Todos te menospreciamos; hoy, casi todos, te extrañamos

Ese ascenso peleado, sufrido y llorado, nos permitió ver a equipos que no veremos jamás. Ese ascenso mexicano nos permitió conocer a equipos que hoy son pieza de museo: Atletas Campesinos, Tampico Madero, Curtidores y Cobras de Ciudad Juárez, por citar solamente algunos.

Omar
Omar Rodríguez

Actualizado: 2 MAR 2023 - 23:39

Todos te menospreciamos; hoy, casi todos, te extrañamos
Arte: GRADA

Estas líneas no concuerdan con la falsa idea que indica que “todo tiempo pasado fue mejor”. No, no es el objetivo. Esta columna tampoco tiene su simiente en esa nostalgia tan característica del ser humano, misma que, con frecuencia, quita aspereza a una realidad que, quizá, cruda fue.

Hoy, por supuesto, tampoco mencionaré que todo estuvo bien; no afirmaré que esa liga tenía una calidad indiscutible; no diré que sus equipos tenían un gran nivel y que sus campos eran una réplica del Old Trafford. No puedo mencionar algo que, obviamente, no fue.

En esta columna abordaré a la extinta Segunda División, la cual, durante los últimos años, bautizada con eufemismos extraños, conocimos como la Primera A, Liga de Ascenso y Ascenso MX.

En una época que cada día se percibe más lejana, el futbol profesional de México podía llegar a cualquier región. Esa época era la del auge de la Segunda División. En esos años donde el lenguaje era más crudo y más apegado a la realidad —porque no había necesidad de ser suaves para calificar— existía una categoría en la que un equipo campeón, no importando su nombre, sede o condición, podía aspirar a subir a Primera División.  

Gracias a esa oportunidad de ascenso, vimos, por ejemplo, a un Atlante coronarse en el estadio Cuauhtémoc en una tarde mágica para el portero Félix Fernández, quien, como último tirador en una tanda de penaltis, anotó el gol que derrotó a Pachuca y que, a su equipo, los Potros de Hierro, catapultó a la élite del futbol profesional en México.

Gracias a esa posibilidad de subir, hoy, la máxima categoría, tiene como campeón al Pachuca, mismo que, durante muchos años, fue un equipo con ambición de ser lo que hoy es: un club estable y, de paso, el estandarte del estado de Hidalgo.

Esa posibilidad de crecer y ser algo más que un club regional y ser competitivo a nivel nacional, nos permitió ver a equipos que, con sus altas y bajas —muchas de ellas muy pronunciadas— dieron el salto a esa división opulente, aquella en la que juegan los conjuntos de gran convocatoria: América, Chivas, Cruz Azul y Pumas.

Ese ascenso peleado, sufrido y llorado, nos permitió ver a equipos que no veremos jamás. Ese ascenso mexicano nos permitió conocer a equipos que hoy son pieza de museo: Atletas Campesinos, Tampico Madero, Curtidores y Cobras de Ciudad Juárez, por citar solamente algunos.

No es nostalgia. Es, simplemente, hacer mención de que ni la mejor versión de la Liga de Expansión le puede competir a una Segunda División, porque en ese circuito que hoy está extinto se jugaba por algo más que un premio económico.

Sobre el autor

Omar Rodríguez
Omar Rodríguez

Periodista poblano, escritor, conductor de radio y televisión. Ha realizado coberturas de 30 torneos de Liga MX y coberturas internacionales, entre ellas Copa del Mundo FIFA y Copa Confederaciones.