Haciendo ruido en el deporte
El deporte es una herramienta para aumentar el autoestima, liderazgo, autonomía y empoderamiento; si logramos crear un deporte libre y sin género, crearemos una sociedad sostenible. Por lo cual utilizaré este espacio para compartirles casos reales, información, investigaciones y darle voz a las y los deportistas que necesitan ser escuchados.
Antes de empezar a escribir mi primera columna, quiero contar la razón y el objetivo por el cual GRADA me abrió este espacio.
Desde hace tiempo me he dado a la tarea de estudiar y trabajar en la promoción de la igualdad y equidad de género, así como la prevención de la violencia en el deporte, porque a través de esto, estoy segura que se podrán formar espacios más seguros para la práctica deportiva, lo cual ayudará a que más niñas, niños y jóvenes se integren al deporte.
El deporte es una herramienta para aumentar el autoestima, liderazgo, autonomía y empoderamiento; si logramos crear un deporte libre y sin género, crearemos una sociedad sostenible. Por lo cual utilizaré este espacio para compartirles casos reales, información, investigaciones y darle voz a las y los deportistas que necesitan ser escuchados.
Quiero HACER RUIDO EN EL DEPORTE y ser el eco de la sociedad. Cualquier persona que pueda ayudar me es una “victoria”.
El primer tema que quiero contarles es sobre “La violencia en el deporte”. Niñas, niños, jóvenes han escuchado las palabras: “Si no lo haces no te inscribo”; “Si lo dices, no vas”; “Te debes a mí”; “Gracias a mí, clasificaste”; “No sirves para nada”; “Estás gordo”; “Nunca lo vas a lograr”; etcétera.
¿Cuánto debe de soportar un atleta para llegar a su sueño? ¿Cuánto debe de callar un atleta? Estas y muchas preguntas más hay detrás de medallas, récords, clasificaciones. Los atletas empiezan a hablar o desean hacerlo, pero el sistema no lo permite.
El deporte ha salvado muchas vidas. El deporte es noble, lleva tus emociones a niveles inimaginables, te lleva a cumplir metas y ver la vida de diferente manera, pero existen personas que se han dedicado a mancharlo, a crear la parte oscura, triste y sucia. No es culpa del deporte; es culpa de quien lo ha mal utilizado, abusado y violentado.
Hace unos años trabajé en la Comisión Nacional de Cultura Física y del Deporte (CONADE). Era jefa de promoción y difusión de alto rendimiento, me tocó llevar a cabo la promoción de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Beijing 2008; esto me ayudó a estar más de cerca de todos los atletas que iban a la justa deportiva. En ese momento vi la realidad del deporte, desde disfrutar las medallas de oro de María Espinoza y Guillermo Pérez, hasta ver problemas de salud física y mental, desórdenes alimenticios, violencia física, sexual, económica, la falta de apoyo mediático y de marcas.
Años después, uno de los casos que vi de cerca en esa época, se proyectaba en una película llamada La caída. Tuve la oportunidad de conocer algunas de las involucradas, escuchar cómo se había terminado su carrera deportiva, no habían podido concluir su “sueño olímpico” por “hablar”, por parar el abuso.
Hoy, apoyo al cien por ciento a la primera atleta que se atrevió a alzar la voz y denunciar públicamente y ante la ley a su ex entrenador, quien la violentó física, mental, sexual y económicamente: Tamara Vega Arroyos, una niña que vino a la capital del país a vivir, estudiar y entrenar. Su madre confió plenamente en que su hija estaría bien protegida y libre de cualquier peligro. Lamentablemente, eso no fue así.
Tam fue abusada por esa persona que se aprovechó de la vulnerabilidad de una niña que no tenía una figura paterna, que estaba a kilómetros de distancia de su mamá, de su hermana; se autonombró su “salvador”; amenazó y manipuló para llevarla a cumplir su “sueño olímpico”.
Un día me desperté y me pregunté: “¿Qué? ¿Qué va a pasar?”; la respuesta llegó en segundos cuando empecé a ver que cada vez más mujeres se acercaban a mí para pedir ayuda, para contarme lo que estaba pasando en su deporte, desde escuchar cómo el o la entrenadora los humilla, los violenta verbalmente, amenazan con no inscribirlos si no cumplen lo que les piden. Escuché el caso de un deporte en conjunto donde las dividen por las “gordas” y por las “flacas”. Discúlpenme, pero eso se llama violencia psicológica. No puedes categorizar el cuerpo de una persona.
En el deporte existen fuertes casos de trastornos alimenticios, en especial en los de combate, que debes de cumplir un cierto peso para estar dentro de la categoría; o en los de apreciación, donde se exige un cuerpo estético y delgado. Los atletas llegan a ser discriminados y violentados por sus entrenadores o compañeros por no contar con el cuerpo que se requiere. Existen casos en donde los atletas han estado al borde de la muerte o lamentablemente han fallecido. Este problema también se debe a la falta de un equipo multidisciplinario que esté a cargo del proceso de preparación de un atleta y vigile que las acciones que se están llevando a cabo sean las adecuadas.
En la Ley General de Cultura Física y del Deporte se establece en artículo 107 que: “Las instituciones del sector salud y educativo promoverán en su respectivo ámbito de competencia, programas de atención médica, psicológica y de nutrición para deportistas, formación y actualización de especialistas en medicina del deporte y ciencias aplicadas, así como para la investigación científica”; lo cual, lamentablemente, no se ha llevado a cabo al cien por ciento, ya que existe una gran cantidad de atletas de alto rendimiento, medallistas mundiales, olímpicos y paralímpicos que no cuentan con un equipo multidisciplinario.
Un ejemplo fue el lamentable caso del atleta de tiro de arco, Carlos Nava, medallista de oro y plata en los Juegos Panamericanos Junior Cali 2021. La Revista Proceso publicó en abril 2023 que la causa de su fallecimiento fue por suicidio. Meses antes, el arquero había solicitado a las autoridades apoyo psicológico, el cual no recibió.
También existe un documental titulado Atletas frente al espejo, donde deportistas de alto rendimiento hablan sobre los trastornos alimenticios que han sufrido y gran parte de ellos han sido por la violencia psicológica que han sufrido y la falta de apoyo que han recibido. Pensar que los atletas reciben un apoyo de seis mil pesos mensuales y con ello deben cubrir sus gastos de alimentos, suplementos, nutriólogo, psicólogo, etc.
El Comité Olímpico Internacional cuenta con la comisión de atletas: “La Comisión del Entorno de los Atletas”, el cual asesora a la Sesión del COI, la Comisión Ejecutiva del COI y al presidente del COI en asuntos relacionados con el apoyo y la protección a los atletas que compiten limpiamente.
El objetivo de la Comisión es mejorar la calidad y el nivel de los servicios que se prestan a los atletas, mediante el compromiso y la colaboración con las partes interesadas. La Comisión del Entorno de los Atletas del COI centra su trabajo en la relación entre atletas, padres, entrenadores, directores, funcionarios técnicos, patrocinadores, medios de comunicación y otras partes interesadas que apoyan y trabajan directamente con atletas”, según https://olympics.com/athlete365.
Los comités olímpicos de cada país se rigen por lo que el COI lleva a cabo. Actualmente, en México existe el comité de atletas, el cual desempeña cursos y talleres sobre marca personal y qué hacer después del retiro como lo plantea la Athlete 365. Desde mi punto de vista, la comisión podría ser el encargado de proteger los derechos y obligaciones de los atletas, ser el portavoz y estar al pendiente de cualquier situación por la que estén pasando. Sería bueno ponerlo sobre la mesa.
En CONADE existe un código de ética hecho en la gestión de Bernardo de la Garza, pero únicamente habla sobre la institución y servidores públicos y no se cuenta con uno destinado a los entrenadores o atletas, lo cual sería importante establecer y cumplir.
¿Cuáles son los requisitos que debe de cubrir un entrenador para ser considerado entrenador de selección nacional en México? ¿Existe alguna licencia, título, logros para poder ser considerado?
Desde mi punto de vista, sería necesario que las federaciones, instituciones tanto públicas como privadas y centros deportivos, soliciten como requisito indispensable pruebas psicológicas, toxicológicas y psicométricas a entrenadores desde iniciación hasta el alto rendimiento.
Repito: ¡no es culpa del deporte!