Leagues Cup: la explotación de la cartera
Los bolsillos se llenan a mares a costa de los mexicanos ansiosos del amor patrio que les permite el escudo en la playera y que la consecución del “sueño americano” les da como premio a una labor constante y cansada en el suelo donde viven.
Y cuando parecía que los partidos moleros no podían dar más, viene la Leagues Cup y nos demuestra que cualquier alcancía siempre tendrá un peso extra que aportar.
No es menester siempre criticar lo que se vive en el fútbol, pero a veces parece que lo hacen a propósito. Tanto en la vida como en la cancha, siempre hay una oportunidad innata de expresar la inoperancia al mundo.
El experimento pintaba emocionante pero ineficiente, juntar a los mejores de ambos torneos pudo funcionar pero aventaron equipos de ambas ligas sin ton ni son, no venían de una clasificación particular, sino que solamente juntaron a todos y dejaron que el campeón de la MLS Cup, Los Angeles FC y el de mayor puntaje, Pachuca esperaran el resultado de un matadero sin perspectiva del cual terminaron yéndose en partidos poco atractivos.
La conferencia del Este fue la más eficiente calificando a 12 de 15, luego la Liga MX con 12 de 18 y al final la conferencia del Oeste con 8 de 14 posibles. En el plano general la MLS tuvo una eficiencia del 69% sobre un mediano 67% de la liga Nacional.
Vamos al punto importante: en este ya muy mediocre sorteo pudieron darle una emoción distinta si hubieran clasificado por posición, alguna competencia directa o algo más llamativo que un par de partidos insípidos para dar lugar a una participación para la mayoría de los invitados paupérrima.
Veamos por el lado mexicano a los eliminados:
Chivas, líder “imbatible” que tras 3 partidos pensaba que todo estaba escrito, eliminado por el 1 y el 11 de este y oeste, respectivamente.
San Luis, Tijuana, Santos, Necaxa y Puebla tan fácilmente de vuelta a casa que mejor se hubieran ahorrado las monedas gastadas, sin más, en el viajecito. Por cierto, aquí en la capital fue una campaña insistente que la Copa sería para poner a los Camoteros en alto, y resultó solamente más de lo mismo en esta triste aventura que llevan los poblanos bajo la tutela de Arce.
Este invento para amortizar el gusto del paisano con partidos “ligueros” que terminaron siendo fiascos que ni en pretemporada se ven, quedó en solo un extraordinario evento que parece servir solamente a ganar aún más publicidad para los norteamericanos que para los connacionales. Se ha mencionado varias veces que la MLS ha rebasado a la Liga MX y este es el ejemplo perfecto, faltando aún las eliminatorias directas, parece que podrían darse encuentros llamativos desde octavos de final donde los participantes de ambas ligas podrían dar interesantes encuentros, aunado a la presencia de Lionel Messi y su Inter Miami que, con ayuda de sus amigos, levantarán sin duda y sabe solamente el tiempo si les dará para ganar la Leagues Cup y lo que les pueda alcanzar en la MLS, tanto en liga como en copa.
Los equipos mexicanos deben buscar tener la paternidad que tienen en la Concachampions para demostrar que aún el trabajo colectivo, pero en particular de los equipos del norte, tienen camino por recorrer.
El crecimiento que ha tenido la MLS desde su inicio ha sido constante, a pesar que el plan de Estados Unidos era partiendo de 1994 salir campeones del mundo a los 10 años –12 en sí –no ha resultado como esperaban para ganar el máximo título y porque no es solamente tema de preparación; hay muchos factores que participan en la consecución del título.
La capacidad de reacción de la liga mexicana ante la avanzada americana ha sido lenta y bastante torpe, cuando antes veían la manera que sus finanzas permitieran a los clubes traer a varios jugadores de nombre medio y alguno más de alta alcurnia para darle impulso a la liga, hoy se ven entumecidas y varadas. Cuando la exagerada participación de los patrocinadores podrían permitir que la economía ofreciera fondos para la contratación de jugadores, parece que solo hacen que el dueño hinche más sus bolsillos. Así como los que participan en la coordinación de la ahora “interesante” Leagues Cup.
Los bolsillos se llenan a mares a costa de los mexicanos ansiosos del amor patrio que les permite el escudo en la playera y que la consecución del “sueño americano” les da como premio a una labor constante y cansada en el suelo donde viven.
Y recuerden, la pelota siempre al 10.