Retoques del futbol mexicano
Se ha buscado “blindar” al futbol mexicano de contar con directivos metidos en negocios turbios, pero muchas decisiones recientes han cartelizado el futbol mexicano
Apenas se anunció el “Paquete de Reformas Estructurales” del futbol mexicano. Más allá de que hasta tiene nombre de una iniciativa de ley en el Congreso, como sólo son retoques en formas organizativas y no una reestructuración de fondo, la “mejora del futbol mexicano” puede también ser letra muerta. ¿Resaca priista en la FMF? No lo sé.
En fin, peloteando con muchas personas, parece que sólo son retoques porque:
1) El sistema de competencia no cambia por añadir un campeón más por puntos, aunque sí es una buena intención reconocer la constancia y el predominio de un equipo en periodos más largos de tiempo. Además, aunque sin repechaje se premiaría menos la mediocridad, la Liguilla en sí puede hacer a un octavo lugar campeón.
En las ligas europeas sólo hasta el sexto lugar se gana un pase directo, y es a un torneo continental que te expone a otros equipos y estilos de juego: la Conference League (la tercera división de la Champions). En América se tendría que ver eso con equipos de MLS y Libertadores
2) La reducción de un jugador no formado en México por equipo te abre 18 lugares para mexicanos, pero no parece suficiente. Aun así, hasta el 64% de la cancha sigue siendo no formada en México, y sigue sin atenderse lo importante: la formación. Seguimos pensando en términos de reclutamiento y no de formación futbolística. En el ámbito que sea, ya sean jugadorxs o entrenadorxs tanto de inferiores como de profesional, o incluso, administrativxs y directivxs.
3) Aunque vuelve el ascenso/descenso, vuelve con letras pequeñas. Hay un proceso de certificación con un costo de 250 mil pesos, e independientemente de lo que se logre en cancha, tiene que haber mínimo 4 equipos certificados para que un equipo de Expansión pueda llegar a primera.
Se ha buscado “blindar” al futbol mexicano de contar con directivos metidos en negocios turbios, pero muchas decisiones recientes han cartelizado el futbol mexicano. De ahí la multipropiedad que tanto ha costado erradicar, y las barreras de acceso a empresarixs industriosxs, pero ajenxs a la tradición futbolera en el país.
Si le hace falta inyección de recursos económicos al mercado del futbol mexicano, quizá en vez de generar ingresos vía una liguilla, se podría dejar que entraran otrxs empresarixs en la competición, independientemente del género de las ramas. Una verdadera cultura empresarial es como la del deporte, una que valora la competencia y exigencia para ser mejores. Compiten los que quieren, ganan los que se preparan mejor (forman mejor), y si la competencia regula desigualdades inherentes, crecen todxs.
Con talento formado, ya sea que se exporte o se quede en una liga (que naturalmente se tornaría más competitiva) es más fácil decidir, seleccionar y dirigir cualquier combinado nacional.
Ahora, lo que nunca tocan estas reformas estructurales son dos cosas: 1) la formación de cuadros de dirección técnica y 2) la femenil.
Respecto a la formación de entrenadores, este es quizá de los puestos más castigados en la estructura. No son más importantes ni definitorixs que lxs jugadorxs, pero sí pueden inclinar la balanza en quizá jugar o no más allá de un cuarto partido. Con esos 250 mil pesos de cobro a los equipos de Expansión, se podría formar quizá un banco para becar a lxs más prometedorxs fuera, o para mejorar la calidad y actualizar la ENDIT.
Respecto a la femenil, todas las estructuras están hechas en clave varonil. Pero si la varonil tiene problemas por no contar con una segunda división sólida, la femenil ni siquiera cuenta con una idea básica de estructura. No es obligatorio tener femenil en Expansión, pero en primera, sí. Si ya de por sí se ve una desconexión importante entre equipos de la misma Liga MX Femenil, goleada tras goleada, jornada tras jornada, cuando un nuevo ascendido tenga que competir, a ver cómo le va. Y a ver cómo le va a las chavas que tengan que jugar en un equipo que se arme al vapor, y sin competencia real previa.
En fin, por eso sólo estamos viendo retoques. Los grandes cambios no son inmediatos, pero sería bueno que al menos se tuviera un esbozo de más largo aliento, o al menos más comprensivo. Quizá el verdadero cambio sería solamente pensar más en el largo plazo y de forma más inclusiva.
Pero eso todavía no se ve.