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De noches mágicas en el Cuauhtémoc

Sí, aún existen las noches mágicas en el Cuauhtémoc. Pase lo que pase a final del torneo, se califique o no, debemos agradecer a Carbajal y hasta al mismo Larcamón que brindaran una noche inolvidable para los aficionados y no aficionados al Puebla.

Gustavo
Gustavo Mirón

Actualizado: 7 NOV 2023 - 1:29

De noches mágicas en el Cuauhtémoc
Arte: GRADA

El estadio Cuauhtémoc siempre es un lugar frío, muy frío. Así sea primavera o verano, las noches en el “Dos veces mundialista” son frías por las corrientes de aire que soplan y, claro, por las pobres entradas que por lo regular se ven en los juegos del Puebla.

Sin embargo, en algunas veces este frío cede ante el calor que se desprende desde la cancha y se traslada al ánimo de la afición, que logra calentar sus venas para hacer del Cuauhtémoc un hervidero que nadie puede controlar.

Sí, eso define una noche mágica en el estadio Cuauhtémoc. De esos escenarios que se le negaron a la afición por casi un año con Eduardo Arce como entrenador.

Lo que sucedió el viernes fue indescriptible. Dejemos de lado el horrible trabajo de las defensas del Puebla y León, pues el 5-4 de la Franja sobre los esmeraldas se dio a base de un par bien puestos, esos que no salían a relucir hace tiempo.

Los que inexplicablemente seguimos creyendo en el Puebla recordamos muchas noches mágicas, como el 5-4 a Santos en las semifinales de 2001; el 4-4 ante Cruz Azul en la liguilla de 2009 y por supuesto, las tandas de penales ante Chivas en repechaje.

Pero la que se vio el viernes, con el marcador en contra por 1-3 al medio tiempo y con el ánimo muy bajo antes de comenzar en el segundo tiempo, debe ser enmarcada en los libros que cuentan la historia del Puebla.

Pocas veces se tiene la sensación de que algo increíble sucederá y eso se palpó en la tribuna del Cuauhtémoc. Hubo un momento en que el empate a 4 de León no dolía, pues el Puebla ‘se había matado’ en la cancha.

Pero esos tres segundos que duró la llegada de Sansores para el 5-4 pasaron lento y cada uno de los aficionados que estaban en el estadio y en sus televisores los saborearon lentamente, pues estaban viviendo un momento épico de su Puebla.

Sí, aún existen las noches mágicas en el Cuauhtémoc. Pase lo que pase a final del torneo, se califique o no, debemos agradecer a Carbajal y hasta al mismo Larcamón que brindaran una noche inolvidable para los aficionados y no aficionados al Puebla.

Sobre el autor

Gustavo Mirón
Gustavo Mirón

Reportero poblano multimedia y generador de contenido.