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El “resultado Arce”

No minimizo la responsabilidad de Arce al mando del equipo, pero es muy complicado hacer que funcione un cuadro que no venía jugando ya bien, a pesar de la filosofía del “laburo”.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 9 MAY 2023 - 1:57

El “resultado Arce”
Arte: GRADA

A mediados de diciembre hablábamos del “Proyecto Arce”, esta oportunidad de oro que a través de Eduardo podría ser la gran puerta de entrada para los técnicos jóvenes que están esperando una oportunidad para demostrar, pudieran llegar a Primera División. Sin embargo, ni el equipo ni el momento eran los idóneos para un atrevimiento de esta magnitud.

Hablemos de Eduardo, el entrenador joven, siendo el segundo entrenador de la era Larcamón, a quien le fue ofrecida la oportunidad que muchos soñamos tener: dirigir un equipo de Primera División.

Obviamente, la tomó; este escenario donde podría entenderse una continuidad del proyecto de Nicolás, pero con el toque del entrenador toluqueño, pero (y mucho ojo a este ‘pero’), el equipo, su entorno, su afición y la directiva no eran –ni son, ni serán –en los próximos años el escenario correcto para poner en marcha un proyecto nuevo que rompa los estereotipos del bendito y maltrecho futbol nacional.

Históricamente, Puebla ha sido un equipo que trata y quiere competir, pero su realidad es salvarse del descenso y ver si por ahí se alinean los futbolistas para lograr, por lo menos, los cuartos de final y alguna sorpresa que los lleve a semifinales. Más problemas en directiva que soluciones para un club que con una organización medianamente adecuada, podría permitir que el equipo estuviera entre el 5 y el 8 ‘parejitos’ y esperando un espacio para competir arriba.

Cualquier dueño, hasta el más entrañable de la historia, ha pasado con diversos pros y contras, tratando de dejar huella. Y aún así, solamente 2 títulos de Liga hay en las vitrinas. Y ya ni hablemos que hoy el equipo aunque tiene el nombre, escudo y colores, es sin más ni menos que el otrora Unión de Curtidores.

No minimizo la responsabilidad de Arce al mando del equipo, pero es muy complicado hacer que funcione un cuadro que no venía jugando ya bien, a pesar de la filosofía del “laburo”. Aunque Arce fuera parte del cuerpo técnico de Larcamón, queda claro siempre que cuando al aprendiz le toca de maestro, siempre querrá poner sus conceptos y marcar esa diferencia que lo haga ser reconocido; de no ser así, todos los entrenadores serían lo mismo, un poco más altos, más bajos, menos o más pelo, ¡y listo!

El ‘paquete’ que tomó Arce, lejos de ser un regalo era una bomba de tiempo: afición molesta porque no se dan los resultados que desean, más no los que son capaces de obtener (y es una sentencia que deben entender todos, no para hacerse conformistas, sino para realmente crecer); una plantilla de mediana a débil, cuyos refuerzos desde hace un par de años restan más de lo que suman; se mantiene a delanteros que no le hacen un gol al arcoiris y no se busca otra opción o darle chance a un juvenil como Emiliano García, quien podría aportar un extra por juventud, deseo y futbol diferente.

Tendremos tiempo más adelante para analizar a fondo quién y qué hace en la plantilla actual. Se alimenta la errónea percepción de ‘equipo grande’, cuando ya no los hay en México. Hay muy populares, pero la mediocridad de la liga ha puesto a la mayoría en el mismo nivel y unos pocos un par de escalones más abajo; posiblemente haya 3 renglones donde entran los 18 equipos de la ‘portentosa’ Liga MX.

Regresemos con Eduardo. Su propuesta futbolística era muy inteligente y con mucha idea de darle variables al equipo durante los partidos; preparó los juegos dependiendo el rival. Pudimos ver el ataque con 3 al frente o con uno y llenando la media cancha de jugadores para buscar la posesión del balón; sin embargo, la ejecución no fue la necesaria.

La plantilla necesita una limpia, traer jugadores que Eduardo necesite, y no lo que pueda llegar (así no funcionan los equipos competitivos). Que los chicos tengan una proyección real y que permitan el asentamiento del “proyecto Arce”, que en no más de un año debe dar resultados constantes. No serán campeones el siguiente torneo, pero el crecimiento y competitividad del equipo deben ir creciendo y adoptando conceptos firmes y básicos.

Las variantes de “Lalo” Arce deben seguir aplicándose con los jugadores correctos. Hubo fracciones de partidos muy rescatables que deben convertirse en tiempos completos y luego en partidos consistentes.

A pesar del resultado, Eduardo debería seguir al frente para, ya con lo aprendido, mejorar.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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