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De “Lioneles” y “Cristianos”

Esta aventura de “Lioneles” y “Cristianos” no tarda en llegar a su final, será devastador, como lo ha sido el adiós de algunas leyendas en los últimos meses, pero esta era nos habrá marcado para siempre.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 9 AGO 2023 - 6:35

De “Lioneles” y “Cristianos”
Arte: GRADA

En el fútbol siempre quedará marcada la diferencia entre el talento natural y el trabajo fuerte que da resultados. En el mundo de la pelota sabemos que han nacido y jugado muchísimos futbolistas que tienen ese instinto que los hace distintos, que los tiene en un nivel especial y otros que a pesar del talento, poco o mucho, han trabajado para que sea un todo ganador el que les permita competir y ser considerados los mejores del mundo.

Vimos pasar a Pelé, Maradona, Ronaldo, “Ronaldinho”, Maldini, y algunos más que sin esforzarse mucho hacían destrozos a los demás. Se entiende que el talento hace diferencia, y también ayuda ver cómo el trabajo y esfuerzo duro pueden hacerlos competir al nivel de algunos.

Hemos vivido una época especial con muchísimos jugadores que han marcado el camino del deporte, y los últimos 15 años se ha hecho una disputa directa entre “Lio” y “Cris”. La trepidante escalada haciendo slalom de los defensores y mediocampistas y porteros y la potencia física que culminaba con el disparo a puerta cimbrando la red.  Hemos vivido la disputa publicitaria entre las multinacionales deportivas (Adidas versus Nike). El “merengues contra culés”. Europeo contra sudamericano. Cualquier batalla posible se ha hecho presente en el medio de estos dos portentos de futbolistas.

Pero (siempre hay un pero), la única y más grande diferencia entre estos dos es el talento de nacimiento y el que se ganó con el trabajo. Es obvio que Messi hoy arrasa con la MLS en 3 pasos por la virtuosa habilidad que tiene desde la cuna, la facilidad para encarar y buscar huecos y, últimamente, de colocar en ángulos los tiros libres, estas amenidades que solamente el mejor del momento (15 años de momento) puede ofrecer.

Las salidas del fútbol europeo fueron distintas para ambos, a Cristiano se le acabó de cierta manera la potencia, y me parece muy obvio que la parte psicológica hizo gran diferencia. Mientras que sus pasos por la Juventus y Manchester United fueron demacrando su gran carrera por Manchester United y Real Madrid, hasta llegar al punto de tener que aceptar la oferta árabe debido a que lo ningunearon en sus últimos intentos de estar en la élite del fútbol europeo, esta opción de ir a ser rey en tierra árabe no resultó como lo pensaba; ni él ni sus fanáticos. Pensaron que llegaría a romper cuanto marco hubiera enfrente y la verdad es que el trabajo que él ha hecho es indudable, pero no ha resultado como hubiera querido.

Del otro lado de la rivalidad el tiempo que pasó en París sirvió para aminorar el estado de daño emocional que la directiva del Barcelona ocasionó en Lionel y en toda la fanaticada que pensó que estaría ahí para siempre, alejarse de su eterna casa lo relajó al grado que pudo cargar con el equipo argentino en Qatar, para hacerlo digno de la tercera estrella y ayudarse a callar las pocas bocas que seguían cuestionando su grandísimo talento.

Ahora, después de ganarlo todo en todos lados, ha llegado a Estados Unidos a divertirse, a dominguear, de vacaciones serias, a jugar la liga de los domingos con una audiencia de millones, el juega como el patio de su casa y todos seguimos maravillados por los trucos que saca de la chistera que pareciera no tiene fin.

Pensaban muchos que sería el final, que se olvidaría de competir, que los resultados ya no serían los de siempre y que juntar a algunos de sus amigos sería más ‘echar la reta’ a nivel profesional que competir por sacar al Inter Miami de los últimos puestos de la tabla y ocupar este torneo internacional para ponerlos en el mapa. Hasta antes de “Lio”, era “el equipo de David Beckham” y hasta ahí. Hoy es “donde juega Messi”, es donde el chico rosarino desborda de talento a los rivales, y enseña con balón en pie a sus compañeros, que les muestra que es real y que todo lo que vieron desde otros lados del mundo es total y absolutamente cierto.

La carrera de Cristiano siempre será recordada por lo bueno y opacada un tanto por los últimos años, mientras que la de Lionel Andrés será la eterna gracia de quien juega por diversión, que sus habilidades y talentos nos hicieron pensar a todos que el fútbol es muy fácil (claro, si te llamas Lionel).

Esta aventura de “Lioneles” y “Cristianos” no tarda en llegar a su final, será devastador, como lo ha sido el adiós de algunas leyendas en los últimos meses, pero la era de los “Lioneles” y “Cristianos” nos habrá marcado para siempre.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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