La Franja: el increíble renacer de la esperanza
Si bien se vive una luna de miel entre la afición y la Franja, el mérito total es de Ricardo Carbajal, Luis Noriega y todo el plantel del Puebla, que pese a las evidentes limitaciones que tienen, antepusieron el amor propio.
Al medio tiempo del juego entre Puebla y León, la Franja estaba prácticamente eliminada del Apertura 2023. Hasta las 21:45 del viernes 3 de noviembre, pensar en un play-in era una falacia para la afición enfranjada.
Personalmente no creo en los milagros, creo que tenemos más control de las situaciones de lo que creemos, pero lo sucedido en los siguientes 45 minutos y en los 90 del juego ante Cruz Azul pueden caer en el apartado de los milagros.
Sin embargo, los milagros necesitan de trabajo y debemos reconocer que el Puebla ha encontrado la manera de jugar de acuerdo a las circunstancias.
Coloquialmente hablando, el Puebla jugó con “huevos” el segundo tiempo ante León para sacar el resultado, mientras que ante Cruz Azul jugó con la cabeza fría y a un ritmo conveniente para asegurar su pase directo a la Liguilla.
También jugó con inteligencia en la demanda ante el TAS. Es decir, pase lo que pase en la Liguilla, la Franja se ha apuntado uno de sus mejores torneos cortos por todo lo que envuelve esta clasificación a la fiesta grande.
Sí, también entre la afición renació una esperanza que hasta la jornada 5 estaba en la basura gracias a Eduardo Arce. Hoy se vive una luna de miel que para nada es gracias a la directiva.
Si bien se vive una luna de miel entre la afición y la Franja, el mérito total es de Ricardo Carbajal, Luis Noriega y todo el plantel del Puebla, que pese a las evidentes limitaciones que tienen, antepusieron el amor propio.
Y sí, en el seno de los Tigres de la UANL deben estar preocupados, pues aunque en plantel, calidad, dinero y demás cosas superan por mucho al Puebla, hay algo que no se compra y eso es el convencimiento y las ganas de trascender.
Aguas con el Puebla en Liguilla, pues no hay un equipo más peligroso que aquel que tiene todo por ganar y nada, léase bien, nada absolutamente nada que perder.