GRADA Opinión

La cruz de los azules

Cruz Azul es un equipo que tuvo sus épocas importantes en los ‘80, y su punto alto de eficiencia con la final jugada (y perdida) con Boca Juniors en la Copa Libertadores, y que necesita retomar algún tipo de filosofía para que llegue a ser un competidor firme en la liga.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 15 FEB 2023 - 3:40

La cruz de los azules
Arte: GRADA

Si bien los azules han cargado históricamente con el mote de uno de los 4 grandes, desde la década de los 80 no se ha visto un plantel que pueda ofrecer esa seguridad a su afición.

Se han convertido en el verbo favorito para interpretar el fracaso, inclusive hay veces que ni siquiera hay motivos para decepcionar a su afición y aún así lo logran. Han perdido partidos y eliminatorias que eran imposibles, total y absolutamente imposible que pudieran salir derrotados y en lugar de salir mal, de malas y buscando revancha, pareciera el estado habitual ya del estado psicológico del equipo.

No se ven como el equipo “grande” que compita por los torneos; se ven como equipo dominguero que espera que les metan el primero para perder por goliza, enojarse todos contra todos y esperar la caguama después del encuentro.

Sufrir es su vida y pareciera que su pasión, terminar dolosamente los partidos con sus fanáticos dolidos, aburridos y derrotados; olvidando las grandes jugadas que muchos futbolistas hicieron que en algún momento soñar a su afición, desde tiempos de Duana, Sixtos, “Lupillo”, “Conejo”, “Poncho” Sosa, Camoranesi, “el Maestro” Galindo, Hermosillo, Yegros, Palencia, Siboldi, Scoponi, Reynoso, Julio Zamora, “el Matute”, Pinheiro, “el Loco” Abreu, “el Chelo” y “el Chelito” Delgado, “el Chaco” Gimenez, y tenemos algunos más en la memoria, tenían, ellos, sus fanáticos, que hoy se deben conformar con el plantel que desde el campeonato del 2021 que rompió una sequía de 23 años y medio, equivalente a más de 45 torneos cortos.  Esto ha tenido que solventar en su corazón el fanático cementero.

Una longeva y triste historia que llegó a su fin en un torneo atípico y que pudieron solventar para ganar su ansiada “Novena” y que ahora parece reinicia el contador hasta quién sabe cuándo podrán, ya no se diga campeonar, sino competir como el “grande” que dicen ser.

Todo pasa por la planeación y la directiva que se encargó durante muchos años de sangrar los bolsillos; tanto así que Garcés y “Billy” tienen problemas serios con la ley debido a esto. La pésima planeación que abunda en la liga mexicana no es ajena a los de La Noria, desde sus planteles, sus entrenadores, todos ‘llevándose entre las patas’ a los fanáticos, esos que esperaron 23 años para gritar el título y que hoy vuelven al tema habitual de dolor y frustración que les evoca cada jornada jugada y no ganada.

Un equipo que tuvo sus épocas importantes en los ‘80, y su punto alto de eficiencia con la final jugada (y perdida) con Boca Juniors en la Copa Libertadores, y que necesita retomar algún tipo de filosofía para que llegue a ser un competidor firme en la liga.

No son los que tienen dinero, ni los que manejan la cantera, ni los que juegan con mexicanos, ni los que más atacan ni más defienden; necesitan una identidad que les permita discutir el puesto del “grande” que lucha por el título. Se habla de una historia grande, es un club de 95 años que tiene 9 títulos. Y considerando que en los últimos 27 años se han disputado 54 torneos, el dato hace aún menor el ratio de ganador.

Cruz Azul debe ubicarse como lo que pueden ser desde su fundación y darle vuelta a su historia. Si bien el fútbol en los 80 que marcaron su época era muy distinto al actual, no se pierde nunca la costumbre de ponerlos como competidores al título, aunque sus números y reciente y continua historia no los debería incluir; pero la Liga MX es tan endeble y permisiva que le da oportunidad a muchos equipos que no deberían ni competir en primera, obviamente esta ductilidad le ayuda a clubes a subsistir sin pena ni gloria.

Hoy sus resultados generaron el despido del “Potro” Gutiérrez, quien trabaja de buena manera y eficiente con jóvenes, pero queda fuera de la institución por los pésimos resultados que el plantel ha obtenido en el presente torneo. ¿Quién toma las riendas? Es muy difícil que alguien lo quiera por convicción; más viable se ve por representar la oportunidad de dirigir en Primera División.

En los próximos días se sabrá si llega algún ‘mito azul’, alguien que ‘tenga los tamaños’; o simplemente, otro ‘de paso’ que cierre el torneo sin pena ni gloria.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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