GRADA Opinión

El Puebla no es para mí, el Puebla es mío

El Puebla ha sorprendido a propios y extraños, desde la llegada de Ricardo Carbajal ha jugado ordenado, con entrega y garra, se ha convertido en un rival complicado, tozudo, canchero y que por momentos llega a ser vistoso y alegre.

Francisco
Francisco Díaz

Actualizado: 15 NOV 2023 - 6:53

El Puebla no es para mí, el Puebla es mío
Arte: GRADA

Vaya fin de semana que ha vivido el equipo del Puebla y su afición, digna de una novela de motivación, de ejemplo de superación, de tenacidad, de arrojo, de entrega; el equipo que en algún momento estaba desterrado en los confines y mazmorras de tabla general de la Liga MX, hoy terminó en la sexta posición y logró clasificar de manera directa a los cuartos de final para pelear por el título del futbol mexicano.

Los días previos al partido contra Cruz Azul, la afición comenzó a organizar excursiones al Estadio Azteca alentados por el resultado en casa ante el León, lo que posteriormente la directiva del Puebla a través de sus redes llamó la “Invasión”, situación que en lo personal, tuvo una buena respuesta en la convocatoria, sin llegar a nivel de invasión.

Y así, nos lanzamos a la aventura de apoyar al Puebla ante un Cruz Azul eliminado y con los ánimos por los suelos, pero que no por eso dejaba de ser una aduana complicada, en buena medida su prestigio de equipo “grande” estaba en juego, el tratar de no lastimar más a su afición, la búsqueda de cerrar dignamente una temporada que hasta ese momento ya era para el olvido.

El Puebla ha sorprendido a propios y extraños, desde la llegada de Ricardo Carbajal ha jugado ordenado, con entrega y garra, se ha convertido en un rival complicado, tozudo, canchero y que por momentos llega a ser vistoso y alegre; así, este Puebla se plantó en el Azteca con personalidad y agallas, sacó el resultado esperado, venció a un Cruz Azul que dicho sea de paso, no dejo de buscar el gol que al final le diera el empate, incluso en los últimos minutos estrelló una pelota en el poste, momento que nos dejó fríos e inmutó a todos los poblanos.

Al momento en que Luis Enrique Santander pitó el final del juego, la celebración tanto en la cancha como en las gradas no se hizo esperar, los jugadores y cuerpo técnico corrieron nuevamente tomados de las manos a la cabecera donde nos encontrábamos la mayoría de los seguidores enfranjados, y ahí se volvió a generar la comunión perdida en tiempos de Eduardo Arce, las heridas estaban sanando, la ilusión de trascender se respiraba nuevamente. Estaba resurgiendo “el Pueblota”.

Atrás quedaron esos partidos secos, sin rumbo, con derrotas amargas y actuaciones infames, lo que fue una campaña mediocre y penosa en su primera parte, hoy generó ánimo, expectación, ilusión.

Recuerdo que al inicio de la temporada la incertidumbre se apoderó del ambiente en torno al equipo, las salidas de jugadores referentes, la mala planeación dentro y fuera del campo y una campaña mediática y que a mi manera de ver las cosas fue un acto desesperado por colocar o posicionar la venta de abonos con la frase “El Puebla no es para ti”; vaya ofensa y desatino para quienes hemos crecido con éxitos y fracasos, con alegría y dolor, con risas y hasta con llanto, todo al lado del amado equipo.

Ya de regreso, en un parador de la autopista, coincidimos nuevamente con aficionados y amigos que habían realizado el viaje, ya sea por su cuenta, en la porra, en excursión privada o en grupos. Ahí, nuevamente retumbó el grito de “Puebla, Puebla”, las familias, los niños, los jóvenes, los amigos, todos teníamos aún los sentimientos a flor de piel, a la par de buscar un refrigerio también se buscaban caras conocidas para intercambiar opiniones y frases de exaltación:

“Lo logró, el Puebla lo logró, nuevamente estamos en instancias finales”; “Bendita la hora en que llegó Carbajal”; “Este Puebla está para mucho más y vamos a pelear”.

Al regresar a la camioneta que nos traía de regreso, el silenció y la tranquilidad se apoderaron del ambiente, habíamos vivido una tarde memorable, pletórica, ganarle a Cruz Azul en su casa y con ello clasificar de forma directa a liguilla no es cualquier cosa, aunado a disfrutar el subtítulo de goleo de Guillermo Martínez. 

A mi mente llegó un sentimiento de felicidad indescriptible, venía con mi hijo y mis amigos y fue precisamente en ese momento en que me di cuenta que efectivamente el Puebla no es para mí: EL PUEBLA ES MÍO; lo llevo en el corazón desde los 13 años y lo que llevas en el corazón te pertenece.

Más adelante hablaremos de lo que le espera frente al campeón vigente, los Tigres de la U de Nuevo León, pero será en una próxima entrega.

Con el gusto de saludarles, nos leemos la próxima semana.

Sobre el autor

Francisco Díaz
Francisco Díaz

Administrador público y emprendedor. Fue conductor del programa de radio “Estudio 40”. Más de 40 años de aficionado a los deportes poblanos y seguidor del Club Puebla de la Franja. Colaborador y columnista en GRADA.