Lo que nos queda

Sabemos que México femenil no irá al Mundial de este verano en Australia- Nueva Zelanda.

No voy a intentar explicar por qué no calificamos teniendo 3 boletos y medio disponibles, porque en su momento ya se hizo y porque, también, hay otras cosas que podríamos ver en la Revelations Cup que se está jugando en León esta semana. Este torneo, independientemente de que le sirve “más” a todos los rivales de México, pues todos están calificados al Mundial, puede ser el inicio de algo bueno para el “Tri” femenil.

De entrada, sin emocionarse de más después del 1-0 contra Nigeria y sin primar el resultado por encima de los procesos, este torneo se puede ganar. Gana la selección que más puntos sume y, de entrada, México puntea con 3 unidades arriba de Colombia y Costa Rica (con 1 punto), y de la ya mencionada Nigeria (con 0).

Colombia ha llegado más lejos que México en la Sub-20, pues no sólo pasaron por encima en fase de grupos, sino que llegaron a la final. Costa Rica quedó en tercer lugar en el Torneo W, mismo en el que México no hizo un gol, ni un punto; por eso las ticas calificaron al Mundial y México no.

Pero hablando de las colombianas, más allá de que fue la Sub-20, con México empataron su duelo, en puntos, y en diferencia de goles; sólo que las cafetaleras marcaron más goles. Y hablando de Costa Rica, la realidad es que no se enfrentaron con el “Tri”, entonces creo que no se puede saber qué escuadra es mejor, a priori. Hay que verlas jugar; y México va de local.

Sin embargo, más allá del resultado, parece ser el inicio de un buen proceso. Uno en el que, si bien sí creo que influye en algo la nacionalidad de los directores técnicos en algunas elecciones de jugadoras, guste o no, es lo más cercano a una sinergia entre clubes y selección. Como quiera, es más probable que las jugadoras y cuerpos técnicos de América, Bravas y Selección ‘hablen el mismo idioma’.

Tan lo hablan que se pueden dar el lujo (necesario) de probar a gente como Zuazua de lateral por izquierda en Selección y trabajarla. Para poder innovar tácticamente en cancha sí se necesita una estructura previa, o algo que sí ponga a muchxs en ‘el mismo canal’. Creo que eso hoy es una idea clara de juego. Muy ‘a la española’, pero vaya, su metodología ha sido muy fructífera. No importa de qué rama hablemos, ni de qué categoría.

Entonces, más allá de si el “Tri” femenil gane o no la Revelations Cup, lo que nos queda es al menos una idea clara de juego que, de una u otra forma, es replicable en clubes y Selección. Ahora, lo que también nos queda es esa enseñanza que, aunque curiosamente ahora se puede dar en a femenil, serviría para la varonil.

Ese es el punto de partida para empezar a gestar un proyecto sólido de selecciones. Partes de la cancha, de la idea más clara que tienes para jugar bien y ganar. Se define cómo necesitas entrenar, qué características vas a enseñar o potenciar, y se establece un plan de trabajo en la oficina, para gestionar cómo replicarlo en más lugares (más allá de la oficina en la que se estructuró el plan). De ahí, formas a gente en esa idea o forma de trabajar, entrenar y jugar para, finalmente, escoger. El gran detalle es que una elección después de todo esto se ve muy diferente a las que se han tomado en selecciones en las últimas décadas.

Eso es lo que nos queda… por recorrer.