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¿Alguien extraña a Lobos BUAP?

Hoy, de ese equipo donde alguna vez jugó Cuauhtémoc Blanco y después Julián Quiñones, solamente queda el recuerdo. Lobos, ahora mismo, no es más que una anécdota en el sui generis futbol mexicano. Jamás pensé en escribir esto: una parte de mí sí extraña a Lobos BUAP.

Omar
Omar Rodríguez

Actualizado: 18 AGO 2023 - 7:30

¿Alguien extraña a Lobos BUAP?
Arte: GRADA

Hace, más o menos, dos décadas comencé a seguir lo que sucedía con Lobos BUAP. El nombre del equipo era frecuentemente mencionado en los espacios radiofónicos de los programas noticiosos que, en aquella época, todavía ponían énfasis en el buen uso del lenguaje y en el estudio de la materia deportiva, misma que hoy, en muchos casos, los protagonistas de la radio hablada no estudian y no entienden.

De Lobos empecé a leer algunos textos publicados en un diario de grandes y numerosas páginas que, al extenderse, formaban una sábana de información. En aquel entonces no imaginé que algunos años después sería yo el encargado de dar cobertura periodística a Lobos BUAP, para un periódico hermano del diario antes citado, uno que por muchos años se publicó en sepia.

En una feria del libro —cuya realización pudo ser entre mediados y finales de los noventa— que tuvo como sede a un edificio al que por mucho tiempo se le conoció como la cancha de San Pedro, mi atención fue atraída por un ejemplar de Medio siglo de futbol profesional en Puebla, obra firmada por Isaac Wolfson y Pedro Ángel Palou. 

En ese libro no se hizo una referencia profunda del equipo que esta ocasión protagoniza esta columna. Sin embargo, en interiores, en unas hojas de opalina brillante, aparecía una imagen publicitaria de Lobos BUAP. Para dicha imagen el equipo fue retratado en un recinto por el que han pasado todos los conjuntos de Puebla: el estadio Ignacio Zaragoza.

Años después volví a saber de Lobos porque se promocionó con insistencia un partido en el que disputaría un ascenso ante un equipo filial de Pachuca. Al juego, efectuado en el estadio Cuauhtémoc, no asistí. Sin embargo, seguí las acciones por la señal de una televisora local.

Más adelante, ya como reportero, recuerdo que mi primera encomienda fue dar cobertura al último entrenamiento de Lobos BUAP, antes de que el plantel viajara a una sede de pretemporada.

Ese día de cobertura llegué al estadio Universitario y me encontré con la novedad de que el equipo ya se había ido. Esa mañana de miércoles, de pronto, se pintó de gris oscuro. Los nubarrones soltaron su furia e hicieron que la tierra que bordeaba al estadio —porque las condiciones de ese inmueble eran totalmente diferentes a las que se perciben actualmente— se convirtiera en un lodazal en el cual me hundí hasta los tobillos. Esa mañana entré caminando con tenis a Ciudad Universitaria y salí portando unas espectaculares botas de lodo café.

Por esos años, cubrir a Lobos era algo muy peculiar. Los jugadores estacionaban sus vehículos en una zona boscosa de Ciudad Universitaria y, como a veces los vestidores no estaban en las mejores condiciones, algunos solían cambiarse en sus autos. Incluso, a bordo de esos vehículos podían darte alguna entrevista mientras se ataviaban con la ropa oficial del club. En los asientos acojinados, con grabadora en mano, recuerdo entrevistar, entre otros jugadores, a Pablo Metlich —que venía de jugar en Primera División con Tecos— y a Óscar Jiménez —que seguramente no imaginó que alguna vez sería portero titular del América—.

Más de una década después llegó el ascenso para Lobos BUAP. Nadie imaginó que el campeonato en el llamado circuito de plata, más que un premio, representaría la muerte del equipo universitario. Ascender le costó caro a un equipo que estaba diseñado para navegar en la medianía del circuito inferior. Hoy, de ese equipo donde alguna vez jugó Cuauhtémoc Blanco y después Julián Quiñones, solamente queda el recuerdo. Lobos, ahora mismo, no es más que una anécdota en el sui generis futbol mexicano.

Jamás pensé en escribir esto: una parte de mí sí extraña a Lobos BUAP.

Sobre el autor

Omar Rodríguez
Omar Rodríguez

Periodista poblano, escritor, conductor de radio y televisión. Ha realizado coberturas de 30 torneos de Liga MX y coberturas internacionales, entre ellas Copa del Mundo FIFA y Copa Confederaciones.