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Miguel Herrera: el rostro bravucón del Tricolor

Una vez que “el Piojo” parece prepararse para asumir el cargo que le quitaron hace ya bastante tiempo, usted, si sigue a la Selección Mexicana, debe prepararse también para los próximos tres años que, se lo aseguro, serán un circo de tres pistas: discursos nacionalistas y cero autocrítica.

Omar
Omar Rodríguez

Actualizado: 27 ENE 2023 - 0:02

Miguel Herrera: el rostro bravucón del Tricolor
Arte: GRADA

El 28 de julio de 2015 terminó la era de Miguel Herrera al frente de la Selección Mexicana. “El Piojo”, como varias veces le pasó como jugador y como se replicó durante tantas ocasiones en el banquillo y el área técnica, tuvo una violenta erupción. Miguel Herrera, fuera de sí, halló a Christian Martinoli en un aeropuerto y ahí, ante el ojo público, lo agredió física y verbalmente.

La agresión no terminó con un párpado morado, una severa inflamación o un derrame ocular. No hubo sangre, no hubo puñetazos contundentes y tampoco mordidas a la yugular. Pero, créame, no hicieron falta porque la agresión, por sí misma, ya era un hecho grave e intolerable. El actuar de Herrera, por decir lo menos, fue el de un típico gamberro.

El incidente, durante las primeras horas, intentó maquillarse. Se buscó con vehemencia restarle importancia. Más la presión fue insoportable y los dirigentes de Selección Nacional, a pesar de las excusas de Miguel, no tuvieron alternativa y se vieron en la necesidad de abrir la válvula de escape y anunciar el despido del rubio entrenador.

Una serendipia es algo circunstancial. Una serendipia es, de manera coloquial, la acción de encontrar algo que no se buscaba. Pues bien, Miguel, en ese episodio de hace casi ocho años, halló algo que ni siquiera llegó a imaginar: la posibilidad de ser el técnico del equipo local en una justa mundial.

Todo parece indicar que, dos procesos mundialistas después, Miguel Herrera tendrá un segundo periodo al frente de la Selección Mexicana de futbol. “El Piojo” no está ni cerca de vivir su mejor etapa como entrenador, sin embargo, las personas que dirigen el futbol mexicano requieren de soluciones rápidas para temas complejos. Y él, claro está, es esa respuesta rápida y poco pensada.

Si no ocurre algo extraño, en los próximos días se dará a conocer que Miguel Herrera será el encargado de entrenar a México de cara a la Copa del Mundo de 2026. El camino rumbo a esa justa parece ser una vereda tranquila puesto que, al no tener eliminatoria, el “Tri del Piojo”, o de cualquier otro, podría tener una preparación a modo, sin los conflictos que, de vez en cuando, se presentan en territorio estadounidense o en suelo centroamericano.

Así que, una vez que “el Piojo” parece prepararse para asumir el cargo que le quitaron hace ya bastante tiempo, usted, si sigue a la Selección Mexicana, debe prepararse también para los próximos tres años que, se lo aseguro, serán un circo de tres pistas: discursos nacionalistas y cero autocrítica.

Miguel, seguramente, será un buen condimento, un buen picante que le dará sabor a una insípida selección. Más el picante, entiéndase la furia y el coraje, y el discurso de ser un hombre echado para adelante, si bien serán suficientes para alentar la esperanza de triunfos mundialistas en el Azteca, no alcanzarán para dar ese salto de calidad que tanto se desea.

Dos meses después del fracaso en Qatar, el “Tri”, de nuevo, iniciará un proyecto con unos cimientos débiles, de material caro, pero de baja calidad. ¿Dónde quedó el cambio estructural? No hay, no hubo intención, ni la habrá.

¡Bienvenido a la nueva temporada de este circo llamado Selección Nacional!

Sobre el autor

Omar Rodríguez
Omar Rodríguez

Periodista poblano, escritor, conductor de radio y televisión. Ha realizado coberturas de 30 torneos de Liga MX y coberturas internacionales, entre ellas Copa del Mundo FIFA y Copa Confederaciones.