“Cambios” en el futbol mexicano, pan con lo mismo
El final del repechaje del que tanto se habló, simplemente no se dio y se cambió por un formato absurdo, confuso y que sigue fomentando la mediocridad de equipos que ven como su máximo alcanzar la media tabla.
La semana pasada, además del nervio que a los poblanos nos generó el volcán Popocatépetl, los amantes del futbol tuvimos por un momento la esperanza de que se dieran los esperados cambios de fondo que tanto se han ‘cacareado’ en el balompié mexicano.
Reportes periodísticos hablaban de que Juan Carlos Rodríguez, nuevo mandamás de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), haría honor a su apodo y traería auténticas “bombas” para reestructurar una organización que no es más que un “Club de Toby”.
Dijera el gran Chava Flores: “¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?”
De entrada, el final del repechaje del que tanto se habló, simplemente no se dio y se cambió por un formato absurdo, confuso y que sigue fomentando la mediocridad de equipos que ven como su máximo alcanzar la media tabla.
Sí, se reduce el número de extranjeros, pero todavía un equipo puede tener en la cancha más jugadores no nacidos en México que futbolistas nacionales. O sea, el fracaso en Qatar 2022 pasó de largo en los dueños del balón.
¿Ascenso y descenso? “Orita” no, joven. ¿Cómo podemos pensar que un histórico Atlante, que un poderoso Monarcas o que un bien formado Celaya tengan oportunidad de jugar en Primera División?
Ojo, solo hay que recordarle al “Club de Toby” mal llamado FMF que en la Premier League de Inglaterra, que para mí y para muchos es la mejor liga del mundo, un equipo con un vetusto estadio de 10,000 aficionados jugará en primera división a partir de la próxima temporada.
¿Cambios de fondo? ¡No! ¿Para qué? No se necesitan mientras los dueños de la pelota sigan recibiendo todos los beneficios que deja un lucrativo negocio como es el futbol.
Sin embargo, hay que decirle a los honorables miembros del “Club de Toby” –perdón, de la FMF –que la afición ya se está cansando y así como muchos fans siguen asistiendo a los estadios, hay otro tanto que prefiere gastar en otras cosas que un deporte que entrega una mala calidad en su producto.
En pocas palabras, cuidado con terminar de matar a la “gallina de los huevos de oro”.
