Cuando el deporte no es suficiente
Lo invito a reflexionar sobre lo que juntos, como sociedad, podemos hacer ante esta desgracia. Hoy no hay deporte que alcance para reconfortar la situación que viven cientos de miles de damnificados. Ayudemos. México, Guerrero y Acapulco nos necesitan.
Pensé en escribir la columna sobre el inicio de la Serie Mundial de Béisbol, pero no pude…
Sobre Santiago Jiménez, su gran momento, el debut en Champions League con el Feyenoord y no pude…
Escribir sobre Sergio Pérez y la Fórmula 1 en México; no pude…
Sobre la semana 8 de la NFL; tampoco pude…
Del ”Derby” Español entre Barcelona y Real Madrid; no pude…
Del arranque de la NBA; no pude…
Sobre los Juegos Panamericanos; no pude…
Del paso del América en la Liga MX; no pude…
De la nefasta temporada del Puebla; no pude…
Y no pude porque mi mente está bloqueada por las imágenes que se han presentado por los impactos de devastador Huracán Otis, que tocó tierra la madrugada del miércoles 25 de octubre en la costa del estado Guerrero, específicamente en el Puerto de Acapulco, como el ciclón más potente que haya golpeado a la costa Pacífica de México desde que hay registro; incluso más que el intenso huracán Patricia, de octubre de 2015.
Los hoteles y residencias de gran altura del Puerto, que brillaban tentadoramente bajo el sol tropical antes de Otis, son ahora esqueletos de concreto y metal retorcido manchados de barro.
El número “oficial” de muertos y desaparecidos aumenta día con día, se presume que las cifras reales son mucho mayores, existe un clima de desolación, inseguridad y zozobra que se puede captar en reportajes y testimonios de gente que está al borde del colapso y la desesperación; no se cuenta los servicios básicos como luz y agua potable, en algunas partes se restablecen lentamente, hay desabasto de alimentos, saqueos, asaltos.
Los gobiernos federal, estatal y municipal, se han visto rebasados en su capacidad de respuesta, eso no se puede negar, no se puede tapar el sol con un dedo; sin embargo no es momento de reclamar o hacer juicios frente a una emergencia de esta magnitud, la respuesta de la sociedad civil comienza a tomar forma y es desde ahí donde le invito a participar, no podemos ser indiferentes ante esta catástrofe, es tarea de TODOS apoyar, con mucho o poco, de manera individual o colectiva, en momentos como este, todo sirve, todo cuenta.
Si usted desconfía de las instituciones de gobierno, investigue un poco sobre Asociaciones Civiles o la misma Cruz Roja para realizar aportaciones ya sea a través de donativos o en especie, tenga la seguridad de que esas aportaciones serán de gran ayuda para los hermanos de la Costa de Guerrero que se encuentran sufriendo y en condiciones lamentables.
Lo invito a reflexionar sobre lo que juntos, como sociedad, podemos hacer ante esta desgracia. Hoy no hay deporte que alcance para reconfortar la situación que viven cientos de miles de damnificados.
Ayudemos. México, Guerrero y Acapulco nos necesitan.
Con el gusto de saludarles, nos leemos la próxima semana.
