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Lapuente y Carbajal: el ‘83 y el ‘23

El Puebla va a competir, de eso no hay que tener la menor duda. ¿Para qué le alcanzará en estas instancias? Eso estamos muy cerca de saberlo este jueves y el próximo domingo. Ojalá que el espíritu de Manuel Lapuente y el Puebla de 1983, se apoderen de Ricardo Carbajal y el Puebla del 2023.

Francisco
Francisco Díaz

Actualizado: 30 NOV 2023 - 3:51

Lapuente y Carbajal: el ‘83 y el ‘23
Arte: GRADA

Es la 1 de la mañana del sábado 22 de octubre de este año. He salido de trabajar con cierto enfado, porque el Puebla ha caído por 2 goles a 0 ante el Guadalajara en el Estadio Cuauhtémoc y no he podido ver el encuentro, pero a ratos seguí las incidencias a través de redes sociales y aplicaciones.

Concluyo que el resultado es hasta cierto punto injusto. Decido pasar a cenar a una afamada taquería de Calzada Zavaleta y al ubicarme en la mesa, me percato que en la mesa contigua se encuentra Ricardo Carbajal, el director técnico del Puebla, quien ha terminado de cenar junto a su familia.

Mi primera reacción es confirmar sí efectivamente se trata de él, y sí, efectivamente se trata de Ricardo Carbajal, quien muy tranquilo disfruta un momento familiar. Un poco antes de retirarse, me acerco para comentarle que le he dedicado una columna en GRADA y que creo tiene mucha similitud en la forma de dirigir con Manolo Lapuente: 

—¿Ah, sí?, me dice.

—Sí, le respondo. Los dos llegaron a dirigir sin tener mucha experiencia en Primera División, con equipos que no tenían figuras de renombre pero que hacían jugar con mucha entrega al Puebla. Le pido una foto, nos la tomamos, le agradezco la deferencia, me agradece por la columna y con una sonrisa y un apretón de manos nos despedimos.

La Federación Mexicana de Futbol y la Liga MX han homenajeado este miércoles 22 de noviembre a Manuel Lapuente por su brillante trayectoria. Campeón con Puebla, Necaxa y América, Lapuente también dirigió a la Selección Mexicana en el Mundial de Francia 1998 y estuvo cerca, muy cerca de avanzar al tan ansiado quinto partido, su actuación si no fue brillante o excelsa, si fue buena y por momentos emotiva.

A Manuel Lapuente lo vi por primera vez en 1983, en la Final contra Chivas, en el mismísimo corazón del Estadio Cuauhtémoc, el vestidor del Puebla. Fue horas antes antes del partido, no hablaba, estaba pálido; mi papá, mi tío Paco y yo, entramos a dejar una moneda de oro a Muricy Ramalho como agradecimiento por quedarse a jugar la final, ya que en días previos había fallecido su señor padre; de igual manera, llevábamos una bandera monumental que había bordado mi abuelita Julieta, justo para alentar a la afición. Antes de salir para arengar al público, mi papá se acercó a Manuel Lapuente y le dijo: “Manolo, vamos a ganar”, Lapuente sonrió y sólo guiñó un ojo.

Esta semana comenzó “La Fiesta Grande” del futbol mexicano, y como toda fiesta siempre tiene un “colado” y en esta ocasión, le tocó al Puebla ese papel; lo digo porque a mitad de temporada, nadie habría apostado a que el equipo calificaría dentro de los 6 primeros lugares, junto al América, Monterrey, Tigres, Pumas y Chivas.

Parece curioso, pero al igual que en 1983, el Puebla para calificar tuvo que derrotar a Cruz Azul en el Azteca, en aquella ocasión fue por 1 gol a 0, anotación de José Luis “Chaplin” Ceballos. 40 años después, Guillermo Martínez y Gastón Silva dieron el triunfo al Puebla.

El Puebla llega a esta serie sin ser favorito, la posición en la tabla y la diferencia en las nóminas le da a Tigres esa condición, aunado a que es el campeón vigente y buscará repetir bajo el mando de Robert Dante Siboldi; sin embargo, hay tres factores que a mi parecer ponen a competir al equipo camotero: 

La primera es que tuvo un gran cierre de torneo y viene embalado; la segunda, que desde que llegó Ricardo Carbajal no perdió de visitante y la tercera, que no tiene nada que perder y todo que ganar; sí, frase muy trillada pero que en este caso aplica a la perfección. 

Y aclaro que no es minimizar o demeritar lo que pueda hacer el conjunto poblano, es simplemente que de una temporada desastrosa y que francamente parecía perdida, el estar en cuartos de final y entrar de manera directa, debe verse ya como un triunfo.

El Puebla va a competir, de eso no hay que tener la menor duda. ¿Para qué le alcanzará en estas instancias? Eso estamos muy cerca de saberlo este jueves y el próximo domingo. Ojalá que el espíritu de Manuel Lapuente y el Puebla de 1983, se apoderen de Ricardo Carbajal y el Puebla del 2023.

Con el gusto de saludarles, nos leemos la próxima semana.

Sobre el autor

Francisco Díaz
Francisco Díaz

Administrador público y emprendedor. Fue conductor del programa de radio “Estudio 40”. Más de 40 años de aficionado a los deportes poblanos y seguidor del Club Puebla de la Franja. Colaborador y columnista en GRADA.