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Creer y tener fe: el proyecto del Puebla

Este Puebla es un equipo que, como se señala con frecuencia en sus redes sociales, basa su presente y su futuro no en el trabajo planeado ni en el esfuerzo diario encaminado hacia objetivos, sino en creer, en tener fe, en esperar algo que no tiene cimientos para que se dé.

Omar
Omar Rodríguez

Actualizado: 2 MAR 2024 - 2:10

Creer y tener fe: el proyecto del Puebla
Arte: GRADA

Hace unos días Ricardo Carbajal perdió su empleo. Dolorosa situación para un técnico que batalló en serio por tener una oportunidad en la Primera División puesto que el circuito, como una regla no escrita, suele admitir únicamente a algún exfutbolista convertido en timonel o quizá a algún entrenador apadrinado por un influyente promotor.

El cese de Carbajal se veía venir, tal y como también se anticipaba que, a pesar de su salida, muy poco cambiaría en un equipo que, por desgracia, está abandonado por sus dueños, pues solamente depende de la suerte para no ser un desastre semestre a semestre.

El semblante de este Puebla es vergonzoso: pierde cada semana, intenta luchar y no le alcanza y, por si fuera poco, no sabe qué hacer en la cancha con el balón y mucho menos en la oficina con la planeación de una temporada que, por decir lo menos, es aciaga. 

Este Puebla es un equipo que, como se señala con frecuencia en sus redes sociales, basa su presente y su futuro no en el trabajo planeado ni en el esfuerzo diario encaminado hacia objetivos, sino en creer, en tener fe, en esperar algo que no tiene cimientos para que se dé.

Durante algunos años milagros poblanos como los del peruano Juan Reynoso y el argentino Nicolás Larcamón escondieron bajo el tapete la deficiente planeación y el endeble proyecto que tiene este equipo que lejos está de ser un club. Ellos, con liguillas, algunas fortuitas y otras resultado de un esfuerzo que solamente les pertenece a ellos y jugadores, sacaron adelante campañas en las que se esperaban cosechas magras.

Pero ambos sudamericanos se fueron, como se fueron los mejores jugadores de sus gestiones y, tras su partida, para economizar, se vendió cuanto se pudo y se firmó a entrenadores como Arce y Carbajal, no por apostar a sus proyectos sino porque estos, para los administradores del equipo, representaba una raquítica inversión, casi un costo cero por tratarse de hombres de la institución.

Los directivos del Puebla han apostado a tener suerte y a desarmar a los planteles con la expectativa de repetir milagros que, por lo visto, dejarán de presentarse durante algún tiempo en el equipo de nuestra ciudad.

¡Vaya forma de celebrar el aniversario ochenta del Puebla! Si todo sigue por donde va, en mayo, cuando se festeje el nacimiento de la Franja, realmente poco habrá qué celebrar.

Este año pinta para ser uno de los peores en la historia reciente de un Puebla que parece que nació no para ganar sino para sufrir y apenas con lo mínimo sobrevivir.

Sobre el autor

Omar Rodríguez
Omar Rodríguez

Periodista poblano, escritor, conductor de radio y televisión. Ha realizado coberturas de 30 torneos de Liga MX y coberturas internacionales, entre ellas Copa del Mundo FIFA y Copa Confederaciones.