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Club América: lo que los triunfos ocultan

Si bien los triunfos dan mucha alegría al equipo y los seguidores, también a pesar de ganar se necesita revisar lo que falla para asegurar el siguiente título. 

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 5 SEP 2024 - 9:26

Club América: lo que los triunfos ocultan
Arte: GRADA

El pasado sábado en la noche vimos cómo las deficiencias constantes de América se hicieron presentes para darle vida y temporada a un Cruz Azul que futbolísticamente fue superior, tanto así en mentalidad y ganas de ganar. 

Sabemos bien que el triunfo, como excepción del proceso deportivo, esconde siempre las debilidades y zonas de riesgo del equipo campeón. Pocas y muy contadas veces son las que sirven que aún ganando se aprenda o modifique algo para bien del equipo. Solo los grandes maestros encuentran puntos de mejora en el triunfo. 

América ha pecado de soberbio y de poca memoria cuando los títulos llegan, lo bueno que hizo Santiago Solari que después el “Tano” tiró por la borda y que con Jardine se atrevió a declarar que era trabajo suyo lo que generó el resultado del bicampeonato, no se ve como planteamiento táctico. Pero lo malo, las deficiencias que con Santiago, Fernando y ahora Jardine aparecen y aparecerán, porque ningún equipo es perfecto, son las que no se encuentra la mejora adecuada. 

En la portería, las actuaciones de Malagón son estupendas pero la incorporación de Cota debería ser motivación para evitar errores. La gestión de uso de arqueros es totalmente del entrenador, de vez en cuando Cota necesita atajar para hacerle bien a Luis Ángel. 

En la defensa no han podido mantener una central sólida, la fijación de colocar a Cáceres y Araujo por encima de Reyes y Juárez, es poco entendible. Así también como la idea de soltar a Salvador Reyes para quedarte con un infame “Chicote” y traer a Borja como titular. Del lado derecho, que se necesita un refuerzo porque Kevin está más preocupado del programa con Igor y Layún que por atender una buena recuperación y mejores actuaciones. Se necesita un refuerzo formal por el lado derecho y como Israel tapa el hoyo de muy buena manera, nadie voltea a solucionar. Igor Lichnovsky hace más problemas que soluciones. 

En el medio campo siguen creyendo que Valdés es la gran y última solución a todos los males en ataque, ya ni hablemos de tener a Martín como 9 fijo; no importa cuántos falle y sin traerle competencia directa. 

Pero volvamos al medio campo. Lo que Jonathan ha podido recuperar de su nivel y ponerlo al servicio del equipo se llega a diluir cuando los que deben atacar, se convierten en problemas y no soluciones. La utilidad de Sánchez se ve disminuída a la importancia que alguna vez tuvo; la incorporación de Erik Sánchez, más por tema publicitario que por eficiencia en cancha le acumula volantes a un equipo que juega por las bandas. Fidalgo, quien debe fungir como artífice del ataque, lo usan como un medio más que debe partir de muy atrás en lugar de buscar medio campo a tres cuartos, para ser más incisivo. 

Las bandas cubiertas por Brian, Dilrosun y la reincorporación de Zendejas no se hace eficiente en partidos complicados, ya que juegan para atrás y pocas veces los vemos encarar para ganar la espalda y generar una oportunidad manifiesta de gol. 

Este análisis parte desde hace varios años, no sale de la frustración de la derrota. Jardine declara que están cansados por el bicampeonato y la poca pretemporada realizada pero “no quiere que suene a pretexto” y lo único que hace es dar un pretexto. 

Los equipos realmente grandes aceptan las derrotas y juegan siempre con una idea fija de acción y reacción. Hoy, situado muy abajo en la tabla, América muestra más dudas que costumbres y puede ser que el mentado tricampeonato, del cual se hablaba con demasiada confianza, no pueda llegar. 

Si bien los triunfos dan mucha alegría al equipo y los seguidores, también a pesar de ganar se necesita revisar lo que falla para asegurar el siguiente título. 

Pasar temporada con fichajes que en lugar de parecer refuerzos se ven como oportunidades para los rivales de hacer una labor más adecuada en contra, no es bueno para el equipo. Dejar ir o no poner a jugar que te dan soluciones en cancha de manera plurifuncional se lee como una falta de capacidad directa de quien da la estrategia. 

Todos los entrenadores del mundo tienen su idea y van a ir hasta las últimas consecuencias con ella, y es normal en el mundo del fútbol, solo algunos, muy pocos, son los que realmente entienden que el fútbol consta de segundas jugadas siempre y que los cambios y ajustes, hoy día, deben estar aplicados y reflejados como símbolo de necesidad para obtener el éxito. 

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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