GRADA Opinión

De Carabajal y cosas peores

Tras anunciarse la culminación de la relación laboral entre Carabajal y Puebla, decidí hacer un ejercicio de memoria para tratar de hallar contrataciones tan desastrosas como ésta y lo que me sorprendió es que en Puebla esta clase de fichajes no son inusuales sino recurrentes.

Omar
Omar Rodríguez

Actualizado: 5 JUL 2024 - 3:27

De Carabajal y cosas peores
Arte: GRADA

Alguien se benefició en demasía del vínculo que el argentino Gabriel Carabajal tuvo con Puebla durante los últimos meses. El gran ganador del contrato que ligó al mediocampista con la Franja fue el jugador, pues cobró una buena cantidad de dólares por entrenar y por nada hacer en los escasos minutos que sobre la cancha tuvo. Seguramente también salió ganando un representante que, con el aval de una directiva que quién sabe por qué motivo decidió realizar el fichaje, le consiguió un lugar en nómina a un jugador de bajísimo+ nivel, uno que, incluso, no tiene ni tendrá condiciones para jugar en la Liga de Expansión.

Lo de Carabajal es un caso típico del futbol mexicano: un promotor ofrece un jugador a un directivo que no es dueño del equipo y éste, por razones extrañísimas, aprueba una contratación injustificada tanto en lo deportivo como en lo económico. Luego, como también es típico, el directivo que da el sí al fichaje, sale de la institución para dejar con la responsabilidad de pago al club y a los propietarios del mismo.

Tras anunciarse la culminación de la relación laboral entre Carabajal y Puebla, decidí hacer un ejercicio de memoria para tratar de hallar contrataciones tan desastrosas como ésta y lo que me sorprendió es que en Puebla esta clase de fichajes no son inusuales sino recurrentes.

Claro está que una contratación puede fallar por variables que están ajenas al club, entre las que se encuentran la adaptación del jugador a un nuevo entorno, las lesiones y, por supuesto, el nivel o la baja del mismo en un lapso determinado.

Sin embargo, en Puebla suelen darse este tipo de fichajes y, a continuación, sin ser extenso, daré ejemplo de ello.

Hace ya más de una década, Hugo Fernández, quien en ese entonces fungía como vocero de la Franja, aseguró que el equipo vincularía a un jugador ecuatoriano que —lo parafraseo — tenía condiciones similares a las de Christian Benítez, de exitoso pasado con Santos y América. El “Chucho” que Puebla trajo fue Armando Wila, quien no era malo sino malísimo.

Poco después, Puebla integró a sus filas a un delantero brasileño que en su presentación aseguró que marcaría al menos diez goles con el equipo; al final, la promesa se quedó muy lejos de ser cumplida pues apenas anotó en una ocasión.

Tiempo después, en la víspera de que Puebla fuera vendido a sus dueños actuales, se contrató a uno de los peores extranjeros que al equipo ha llegado: el argentino Carlos Salom. Recuerdo que una de mis mejores fuentes me llamó enojado para contarme que a Salom lo conocía de Chile y que ahí ya había dejado clara evidencia de lo limitado que era sobre la cancha. Mi fuente no falló: Salom fue un desastre.

Gabriel Carabajal se fue; el argentino nada aportó al equipo y solamente será recordado cuando se le compare con el próximo “petardo” que, tarde o temprano, llegará vía un promotor y algún directivo con ganas de gastar un dinero que no es suyo.

Sobre el autor

Omar Rodríguez
Omar Rodríguez

Periodista poblano, escritor, conductor de radio y televisión. Ha realizado coberturas de 30 torneos de Liga MX y coberturas internacionales, entre ellas Copa del Mundo FIFA y Copa Confederaciones.