El círculo vicioso de la Franja

Han pasado ya varios días desde que Puebla dio por terminada la relación laboral con Ricardo Carbajal.

En este lapso no se ha dado a conocer quién será el entrenador que se hará cargo del equipo de manera permanente y eso mucho tiene que ver con la idea original que tenía un directivo que hoy ya no se encuentra en el club, la cual consistía en, como sucedió con Carbajal y antes con Arce, esperar que una persona de la institución - en este caso Fernando Aristeguieta- llegara como interino y a partir de ahí, con la obtención de resultados no tan malos como los conseguidos por su antecesor, terminara por ser ratificado en el puesto.

Pero sucedió que, contrario a los antecedentes, el técnico interino no pudo cambiarle la cara de manera instantánea a un equipo que tiene un semblante muy triste, casi de resignación a tener un cierre de torneo similar al que presentó en la parte inicial.

La expectativa de que en uno o dos partidos Fernando Aristeguieta pudiera cosechar los puntos que su antecesor no pudo obtener y que, a partir de ahí, esto fuera el argumento para mantenerlo en el cargo y con ello iniciar un nuevo círculo vicioso que tiene como origen la fallida designación de un técnico interino, su eventual despido y la posterior contratación de un timonel perteneciente a la institución, nos dice mucho de la “planeación”; que, temporada tras temporada, tiene un equipo que parece abandonado a su suerte.

Lo sucedido en la cancha de San Luis no es culpa del venezolano Aristeguieta porque él, como seguramente sucedió con Carbajal, aceptó la oportunidad de ser objeto de un experimento de su directiva porque, en una de esas, las cosas pudieron salirle bien y ello le hubiera valido, muy posiblemente, quedarse con el puesto y así reiniciar el círculo vicioso de este Puebla que no se ve para cuándo pueda ganar.

Lo que se sabe es que los directivos de la Franja realizan la búsqueda de un nuevo director deportivo y, a partir de ahí, escucharán opciones de candidatos para llegar al banquillo de forma titular, ya sin interinatos.

Sin embargo, como están las cosas, difícilmente un director deportivo con experiencia y palmarés será vinculado al club pues no se espera que un hombre con estas características pueda tomar un cargo que, con seguridad, por la falta de presupuesto e independencia operativa, pondría en riesgo su prestigio.

¡Pobre Puebla! Las medidas de buscar entrenador y director deportivo son paliativas, pero no atacan la raíz de la enfermedad. Y es que la Franja es un equipo que semestre a semestre no aspira a trascender, sino, a partir de la fe y la expectativa de tener suerte, solamente pretender sobrevivir para reiniciar el círculo vicioso descrito líneas atrás.