Rumbo al Mundial de 2026
El Mundial de 2026 será una fiesta invaluable; para muchos jóvenes será el primer contacto con esta clase de eventos y para otros más longevos será la última oportunidad de ver en su tierra el torneo del deporte que más seguidores tiene en el planeta.
Hace algunos días se dio a conocer la cantidad de partidos en los que, para 2026, México será anfitrión en la Copa del Mundo.
No es cosa menor señalar que nuestro país, a pesar de no haber ganado la máxima justa de la FIFA y no ser parte de la élite futbolística, es la nación que en más ocasiones ha sido nombrada anfitriona del evento que reúne, en torno a un balón, a selecciones y aficionados de los cinco continentes.
Sin embargo, para 2026, México se encontrará en una situación de la que no tiene precedentes. Y es que esta ocasión nuestro país no será la única base en la que el certamen operará y, por lo tanto, su rol, más que protagónico, será anecdótico. Estados Unidos será la sede real de una justa que, como invitados, tiene a México y Canadá.
Pese a que nuestro país tendrá apenas 13 juegos, repartidos entre los estadios Azteca, Akron y BBVA, un evento como el que se vivirá en un par de años es uno imperdible para los aficionados mexicanos a este deporte.
Y es que, si para los compatriotas que fueron testigos presenciales de los Mundiales de 1970 y 1986 el del 2026 será un tercer encuentro con la justa más popular del orbe, para las nuevas generaciones será un primer careo con una justa de estas características. ¡Asistir a un mundial es el sueño de muchos!
Para numerosos mexicanos, el certamen a realizarse en Norteamérica representa una gran oportunidad para participar en un evento que, de efectuarse en otro lugar, podría ser inaccesible por los altos costos que genera un viaje aéreo, hospedaje, alimentación y boletos, entre otras cosas.
El Mundial de 2026 será una fiesta invaluable; para muchos jóvenes será el primer contacto con esta clase de eventos y para otros más longevos será la última oportunidad de ver en su tierra el torneo del deporte que más seguidores tiene en el planeta.
Esta clase de sucesos marcan a generaciones enteras; en ellos nacen amantes al futbol que, posteriormente, son los que le dan colorido, sabor y emoción a un deporte que es mucho, muchísimo más que eso.
No me cabe la menor duda de que el país tendrá nota alta en lo que a organización se refiere, así como a las condiciones de sus estadios, no obstante, el vaticinio no es bueno si nos referimos al rubro futbolístico, es decir, al papel que podría hacer el Tri.
Y es que la selección de Lozano, la de las eternas promesas de cambio y superación, la de los comités directivos y la de una generación gris pinta para no pasar la primera ronda sin algún tipo de ayuda arbitral.
Hoy México, por lo expuesto en cancha durante los últimos tres años, no aspira a llegar al quinto partido. ¡Vaya, no está ni para pasar la ronda de grupos!
Veremos si en dos años las cosas cambian un poco, pero no esperemos que suceda algo que, con mejores versiones tricolores, no ha sucedido.