GRADA Opinión

Contratar un técnico en Puebla: un juego de azar

Un día a Puebla llegó Carevic sin una razón de peso; ¿por qué lo eligieron? ¿qué contemplaban que fuera a pasar con él?; todos sabemos lo que pasó con Andrés. Otro día se apostó por José Manuel de la Torre; el “Chepo”, ya sea por resultados negativos o por el desgaste con sus directivos, apenas terminó el último torneo y se fue.

Omar
Omar Rodríguez

Actualizado: 9 DIC 2024 - 8:40

Contratar un técnico en Puebla: un juego de azar
Arte: GRADA

Salvo contadas excepciones —entre las que se hallan Tigres y América— los clubes mexicanos parecen no tener un criterio definido o al menos ordenado para determinar sus proyectos futbolísticos y los entrenadores que respaldarán los mismos. Dicho de otra manera: por la forma en que se manejan las destituciones de técnicos y el abanico de posibilidades de reemplazo, así como los hombres que a final de cuentas son elegidos para hacerse cargo del equipo, cualquiera, con un poco de sentido común, podría que decir que los directivos —presidentes, directores deportivos o incluso dueños— distan de tener una visión clara de lo que pretenden implementar en el club que gestionan, así como sus necesidades inmediatas y su proyección a mediano o largo plazo.

Muchos de los clubes que integran a la Liga MX carecen de un proyecto deportivo ordenado que esté orientado a la consecución de objetivos específicos. Sin un plan claro, los directivos encargados de elegir a los entrenadores que conducirán a sus equipos convierten a estos hombres en piezas descartables que, más que representar un proyecto sólido, son elementos de un juego de azar en donde la suerte y la moda están detrás de su contratación. ¿Cómo dar seriedad y orden a un proyecto cuando ni siquiera se tiene una lógica o criterio para argumentar la contratación de un entrenador?

En México —donde hay casos por racimos para abordar— resulta tan evidente que en las directivas existe una tendencia a contratar por contratar que, si uno revisa torneo tras torneo, notará que hay técnicos que apenas si tienen una estadía de unos cuantos partidos y otros, en el mejor de los casos, estarán ligados a la institución un semestre o un año, pero pocos irán más allá. Una decisión bien pensada no está exenta de resultar fallida, sin embargo, cuando es frecuente decidir la elección de un técnico y luego a éste se le despide en la jornada ocho o al final del torneo, todo apunta a que dicha decisión, de génesis, es errónea.

El caso Puebla

Desde hace ya varios años, el Club Puebla ha dado incontables muestras de una inquietante tendencia a cambiar de técnicos, elegir a otros y, finalmente, contratar a otros más, aquellos con los que se reiniciará este círculo vicioso que pretende darle el peso de un “proyecto” a un hombre, mismo que, más que dirigir, al paso del tiempo será tachado como el “principal” culpable del mal andar de un equipo que ha sido despreciado por su dueño.

Un día a Puebla llegó Carevic sin una razón de peso; ¿por qué lo eligieron? ¿qué contemplaban que fuera a pasar con él?; todos sabemos lo que pasó con Andrés. Otro día se apostó por José Manuel de la Torre; el “Chepo”, ya sea por resultados negativos o por el desgaste con sus directivos, apenas terminó el último torneo y se fue. Hoy llega Guede; la verdad es que nadie, ni quienes lo contrataron, saben bien el motivo de su elección. La contratación de un técnico en Puebla es un juego de azar.

Sobre el autor

Omar Rodríguez
Omar Rodríguez

Periodista poblano, escritor, conductor de radio y televisión. Ha realizado coberturas de 30 torneos de Liga MX y coberturas internacionales, entre ellas Copa del Mundo FIFA y Copa Confederaciones.