“Chicharito”: de bienamado a odiado
Chicharito, ¿cómo pasó de ser el bienamado al odiado? Quizá sea por la terrible memoria que manifiestan comentaristas y aficionados al fútbol.
Los primeros días de junio de 2018 llegué a Moscú. Faltaba poco más de una semana para que iniciara la máxima justa de la FIFA y yo, además de estar ahí para dar cobertura periodística, me encontraba dispuesto a conocer sabores, fragancias, historias, paisajes y todo aquello que da color y matices a una experiencia mundialista.
Faltaban días para que el Mundial iniciara y, por tanto, numerosas selecciones aún no llegaban al país que sería, durante un mes, el epicentro del fútbol. Esto me obligaba a ser creativo; no podía esperar a que los partidos dieran inicio o a que los representativos nacionales arribaran al país sede. ¡Yo tenía que encontrar historias para contar!
Una tarde, la de mi primera caminata por la capital rusa, me sorprendí cuando dejé de mirar a los costados y levanté los ojos para observar que la Plaza Roja y la Catedral de San Basilio se hallaban a unos pocos kilómetros de distancia.
Una vez que llegué a esa explanada plagada de historia, me llevé una sorpresa que se repitió en incontables ocasiones. Con la intención de hacer un reportaje que mostrara qué tanto conocían los rusos y los aficionados no mexicanos sobre el Tri, me decidí a realizar un sondeo. Mi sorpresa fue mayúscula al percatarme que, sin excepción, con una peculiar pronunciación, todos hacían mención del “Chicharito”. Rusos, egipcios, belgas, kazajos, portugueses…todos hacían mención a Javier Hernández.
Mi sorpresa disminuyó cuando me percaté de que esas respuestas eran lógicas. ¡Claro, pues si el “Chicharito” jugó en el Manchester United y el Real Madrid! No es cosa menor jugar en dos de los clubes top del fútbol mundial y hacerlo de buena manera, anotando y aportando.
Han pasado casi seis años desde ese momento en el que, de manera vivencial, comprobé que Javier Hernández era reconocido como un delantero de clase mundial. Han pasado casi seis años desde que, en el estadio de Rostov del Don, tras un viaje en tren de más de veinte horas y un accidente fortuito, fui, a escasos treinta metros de distancia, testigo del gol y el consecuente festejo del “Chicharito” ante Corea del Sur. Ha pasado mucho tiempo, eso lo sé. Lo que no comprendo es cómo fue que, mientras a nivel internacional se amplificó el respeto de afición y expertos por la trayectoria de Javier en Europa, en México la misma se toma muy a la ligera.
Y es que mientras el Chicharito está a punto de regresar a la Liga MX para jugar con el Guadalajara, parece que la opinión generalizada es la de menospreciar lo que hizo durante tantos años por el futbol de primera categoría.
Hoy se habla en tono de burla del regreso de Javier a las Chivas. Hoy se minimizan sus cualidades. Hoy se dice que no sirve para nada. Hoy se hace mofa de su calvicie y de sus contenidos difundidos en redes sociales. Hoy se afirma que penoso y desastroso será su paso por las Chivas.
Hoy, esos que de palabra hacen menos a Javier, tienen razón al prever que este delantero no tiene las piernas ni las condiciones de antaño; sin embargo, carecen de memoria porque este atacante al que ahora descalifican es aquel que aplaudieron tras anotar en tres Mundiales distintos.
¿Cómo pasó de ser el bienamado al odiado? Quizá sea por la terrible memoria que manifiestan comentaristas y aficionados al fútbol.