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Capítulo 1, Final Liga MX

El partido aun con la victoria de los llamados por sus fanáticos el Scratch du Coapa pinta para ser muy complicado en la vuelta. El marcador 2-1 no genera tranquilidad para unos ni inestabilidad para los otros.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 14 DIC 2024 - 0:52

Capítulo 1, Final Liga MX
Arte: GRADA

Arrancó en tierras poblanas la final de la Liga MX entre Águilas y Rayados.

Un estadio que fue local para el América una vez más, no sólo administrativamente sino porque cada vez que visita al Club Puebla siempre se muestra copando las butacas del Coloso de Maravillas.

Un partido ríspido y complicado al inicio hasta que salió un disparo de otro partido del botín izquierdo de Fernando Canales después de una malinterpretada ruleta que no evocó a los grandes, sino a la reta de los sábados por la tarde. Al final, funcionó porque fue gol, diría el Inmortal.

América tardó en arrancar el partido dentro de la cancha más allá que los protocolos, cada vez más indignos del fútbol, de la Liga MX dieron lugar.

Y esta demora, más allá de los continuos llantos de los periodistas y pseudo algunos, no fue causa de la lesión de Ocampos. Un tipo que viene de Europa jugando cada tercer día no puede sencillamente lesionarse porque se tardaron 10 minutos más en un protocolo en una ciudad con frío.

Es una vulgaridad mental aludir a este detalle la lesión de Ocampos. Una mala preparación física, deficiencia en el calentamiento, cansancio de una temporada pesada, nerviosismo, todo puede influir en la lesión de Lucas. 

El tipo jugó en Mónaco, Genoa, Milán, Marsella, Ajax, Sevilla y por si fuera poco, en la Selección Argentina, ¿ustedes creen que no hubo frío en toda su carrera pasada o 10 minutos inactivo? 

Argumentos muy simples y baratos para pegarle a un protocolo, en sí ridículo, porque en Europa los mismos se cumplen con cronómetro en mano a diferencia de nuestra siempre y nunca muy bien ponderada Liga MX.

Volvamos al partido. Monterrey se mostró simple pero concentrado hasta el gol del español que parece los sacó de su tolerancia al rival. Kevin Álvarez había tenido una opción antes del gol donde parecía se podría vestir de ídolo pero la voló, se vio tan de frente que le pegó con la fuerza de todos juntos y una técnica deplorable.

Sin embargo, tuvo su revancha casi inmediata donde acomodó el pie para empujar el balón al fondo a pesar de los más lloros de la prensa y los antiamericanistas que abogan por un fuera de lugar / obstrucción de Martin al arquero rayado, quien ni cuenta se dio del tiro ante tantos jugadores ahí mezclados.

De ahí en más, Monterrey se vio perdido y confundido en sus siguientes acciones, tampoco es que América se viera brillante, pero sí un poco más en orden de su situación.

El partido aun con la victoria de los llamados por sus fanáticos el Scratch du Coapa pinta para ser muy complicado en la vuelta. El marcador 2-1 no genera tranquilidad para unos ni inestabilidad para los otros.

Ambos cuadros tienen plantilla suficiente para brindarnos un espectáculo futbolístico ameno y decente, con jugadores que tanto a la defensiva como a la ofensiva pueden generar diferencia y que permitan que el espectador que en ambos estadios pagará un precio severamente alto devengue su inversión.

La clave para América es seguir ejerciendo presión con sus volantes y laterales, para permitir mayor número de oportunidades al ataque.

La clave para Monterrey es que Canales salga inspirado y que sus compañeros en el ataque, prioritariamente por el centro le hagan espacios o le brinden oportunidad de tirar a puerta.

Está muy marcada la forma de hacer daño, solamente es cuestión que las escuadras que jugarán el domingo las hagan efectivas.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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