La multipropiedad en el futbol mexicano: ¿beneficio o distracción?
En el fútbol mexicano, la multipropiedad ha sido un tema de debate durante décadas. Esta práctica, que implica que un mismo inversionista o grupo de inversionistas posea más de un equipo en la misma liga, ha generado controversia en torno a su impacto en la competitividad, la ética deportiva y la identidad de los clubes.
La multipropiedad en el fútbol mexicano tuvo su auge en las décadas de 1990 y 2000, cuando varios equipos fueron adquiridos por los mismos dueños o grupos empresariales. Este fenómeno se vio impulsado por la búsqueda de sinergias financieras y comerciales entre los clubes, así como por la oportunidad de maximizar las inversiones en un mercado futbolístico en crecimiento.
¿Qué proyecto deportivo representa Salinas?
La mediocridad reina en el futbol mexicano, muestra de ello es el club Puebla con apenas 5 puntos en el último lugar de la tabla general, si volteamos a ver la multipropiedad de Ricardo Salinas Pliego vemos el claro despeñadero de los equipos de esa franquicia. El Mazatlán, por más show que le hagan, está en el lugar 14 de 18 lugares con 16 puntos de la tabla general. Atlas, lugar 17 de 18 con 14 puntos de la tabla general.
Uno de los principales argumentos en contra de la multipropiedad es su posible impacto en la competitividad de la liga. Y es que los equipos bajo el control de los mismos propietarios podrían no competir de manera justa entre sí, dando lugar a conflictos de interés y manipulación de resultados.
Sin embargo, hay quienes sostienen que la multipropiedad puede impulsar la competitividad al fomentar la inversión en infraestructura, como lo hemos visto con ciertos grupos empresariales que les importa y apasiona el tema del futbol, caso contrario del empresario Ricardo Salinas Pliego, que desde varios años atrás no ha tenido conflicto en aceptar que el futbol no es un negocio que le interese y ha manejado de manera muy poco óptima los diferentes clubes que se mueven a través de sus empresas. El desarrollo de talento y estrategias deportivas compartidas entre los clubes hermanos se ha visto disminuido a comparación de los otros grupos que han optimizado su desarrollo.
¿Se terminó la clase media del futbol mexicano?
Pareciera que el futbol mexicano está en manos de los grupos empresariales más grandes del país y el problema es que a muchos de esos empresarios no les importa en lo más mínimo el desarrollo de esos clubes, importándoles únicamente los beneficios económicos que pudieran tener.
Y esto pasa porque no existen consecuencias para los equipos mediocres de la liga mexicana, por eso vemos un nivel futbolístico tan malo, la falta del descenso ha hecho que el nivel del futbol mexicano vaya en declive cada vez más.
Aunque no todo es malo y la presencia de múltiples equipos propiedad de un mismo dueño puede generar rivalidades intensas y emocionantes entre ellos, lo que beneficia a los aficionados y aumenta el interés en el fútbol mexicano, esto siempre y cuando los dueños tengan interés por el propio juego.
Otro aspecto controvertido de la multipropiedad es su potencial para crear conflictos de intereses y comprometer la ética deportiva. Existe la preocupación de que los propietarios de varios equipos puedan priorizar los intereses comerciales sobre los deportivos, influyendo en decisiones como alineaciones, traspasos de jugadores y contratación de entrenadores como ya lo hemos vivido con más de un grupo empresarial.
Para abordar estas preocupaciones, la Liga MX y la Federación Mexicana de Fútbol han implementado reglas y regulaciones para limitar el poder de los propietarios sobre múltiples equipos y garantizar la integridad de la competencia. Sin embargo, estas medidas no son suficientes para prevenir prácticas antideportivas y asegurar un juego limpio, más aún si podemos ver que la junta de dueños, tiene un alto grado de injerencia sobre la Liga MX y en la FMF.
Un aspecto menos tangible, pero igualmente importante de la multipropiedad, es su impacto en la identidad de los clubes y la participación de la afición. Los equipos de fútbol suelen ser una parte integral de la identidad cultural y social de sus estados y la multipropiedad podría diluir esta conexión al compartir recursos y estrategias entre clubes con historias y seguidores diferentes.
La multipropiedad en el fútbol mexicano es un fenómeno complejo que plantea desafíos y oportunidades para el desarrollo del deporte. Si bien existen preocupaciones legítimas sobre su impacto en la competitividad, la ética deportiva y la identidad de los clubes, también es importante reconocer los beneficios potenciales que puede aportar en términos de inversión, profesionalización y crecimiento del fútbol en México.
Como en muchos aspectos del deporte, encontrar un equilibrio entre los intereses comerciales y deportivos es fundamental para garantizar la integridad y el éxito a largo plazo del fútbol mexicano en un entorno cada vez más competitivo y globalizado.
