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¿Qué tan profesional es el futbol mexicano?

Si las cosas son un desastre en la Liga MX, lo que se vive en el día a día en Expansión MX es una historia surreal. Y es que esta liga de segundo orden no tiene razón de existir.

Omar
Omar Rodríguez

Actualizado: 17 MAY 2024 - 7:05

¿Qué tan profesional es el futbol mexicano?
Arte: GRADA

Cuando se asiste a uno de los tantos partidos que los domingos se juegan en los miles de campos que se hallan en el territorio nacional, uno, como espectador, si no es la primera vez que acude al llano, ya sabe qué esperar:

Si se trata de una final, tras el tiempo que difícilmente será exactamente cronometrado, se podrá mirar al ganador celebrar al recibir un brillante trofeo que terminará por ser pieza de colección, ya sea en la vitrina del entrenador, del patrocinador que pone nombre al equipo a cambio de donar uniformes o bien de aquel aficionado con mucho tiempo libre que adopta la tarea de alinear al equipo y tomar decisiones, todo esto desde el empirismo puro.

En ese escenario todo es posible. Y, por supuesto, es aceptable porque es un futbol amateur en donde, obviamente, no hay una profesionalización que permita un orden y un objetivo que vaya más allá de la satisfacción de levantar un trofeo que cuesta unos cuantos cientos de pesos, quizá mil y poco más.

Bien, debo decir que ese futbol de llano o de barrio cada vez tiene un semblante más parecido al futbol mexicano que se dice ser profesional y que, claro está, lo es porque en él y alrededor de él se manejan millones de dólares, sin embargo, este futbol nuestro tiene muy poco de competente.

Alarmante resulta dar un vistazo a lo que pasa en el futbol profesional mexicano, uno que en teoría debería ser diferente al amateur; ese futbol que debería tener reglas claras, objetivos precisos y decisiones que provoquen su crecimiento exponencial, el cual no solamente no se da, sino que, incluso, parece que se propicia su continuo debilitamiento.

La Liga MX, la principal vitrina del futbol de nuestro país, tiene un torneo tan mediocre que es más difícil quedar eliminado de la postemporada que calificar a la liguilla o al repechaje disfrazado del eufemismo llamado play in. ¡Más de la mitad de los equipos sobrepasan los límites de la temporada regular!

También está el tema del nulo descenso. Y es que, en la Primera División de México, como no ocurre en las ligas de mayor jerarquía, se carece del castigo deportivo que todo equipo debería tener: perder la categoría si es último de la tabla general o de la siembra de cociente. En nuestro país la mediocridad o el fracaso deportivo no se paga con descender de categoría sino con millones de pesos que van a parar a quién sabe dónde y para quién sabe qué.

Pero si las cosas son un desastre en la Liga MX, lo que se vive en el día a día en Expansión MX es una historia surreal. Y es que esta liga de segundo orden no tiene razón de existir.

Cualquier segunda división del mundo tiene por objetivo encontrar al mejor equipo del circuito para que éste ascienda al nivel superior y que, con base en una batalla que bien podría ser dispareja, se mida ante los de primera. Pero no, en México esta liga es ornamental. Nadie sube ni podrá subir en un futuro inmediato porque el futbol se ha vuelto un negocio en el que los socios son selectos.

Vaya pobreza la del futbol profesional de nuestro país. Cada día más lejos del nivel de las ligas más competitivas y, en contraparte, cada vez más cerca de lo que es una liga de llano.

Sobre el autor

Omar Rodríguez
Omar Rodríguez

Periodista poblano, escritor, conductor de radio y televisión. Ha realizado coberturas de 30 torneos de Liga MX y coberturas internacionales, entre ellas Copa del Mundo FIFA y Copa Confederaciones.