El segundo aire de Cavallini y Ormeño

Puebla no es un equipo que, ya sea en invierno o en verano, realice fichajes importantes en lo que respecta a delanteros, de esos que en el argot futbolístico suelen calificarse como “bombazos”.

Para la Franja, este tipo de contrataciones no se dieron en el pasado, no dan en el presente y difícilmente se realizarán en un futuro inmediato. Los gastos operativos del equipo son para eso: para operar. En el club camotero los recursos que se obtienen a partir de algunas ventas no se usan para realizar grandes contrataciones sino para sobrevivir; es decir, para mantener sin pérdidas a un equipo que no aspira a campeonar, sino a llegar tan lejos como se pueda en la tabla y con ello evitar pagar multas millonarias.

Esta situación genera, entre otras cosas, que jugadores que sobresalen en el equipo, a mediano plazo, sean transferidos. El caso más reciente es el de Guillermo Martínez, quien tras hacer buenas temporadas y lograr en la última un subcampeonato de goleo, se despidió de la Franja para jugar a partir de este año con Pumas.

Pero si hay idas también hay vueltas. Puebla es un equipo que suele decir adiós a sus mejores jugadores para después, tras uno o dos años, darles la bienvenida una vez que a estos no les va de la mejor manera en equipos de mayor calidad y jerarquía.

En el pasado, atacantes como Álvaro González, Hérculez Gómez y Matías Alustiza un día se fueron y después regresaron. La segunda etapa de algunos no siempre fue tan buena como la primera, pero de esos retornos depende el Puebla para formar planteles no holgados sino justos, a la medida de un presupuesto que no permite excesos.

Para esta temporada, Puebla recurrió una vez más a la fórmula de reingresar a sus filas a dos atacantes con pasado blanquiazul. Para este año que recién inicia, ante la salida de Guillermo Martínez, la Franja fichó de nueva cuenta a Lucas Cavallini y a Santiago Ormeño, dos hombres que, en su momento, ya algo lejano, dieron buenos resultados con el equipo.

Lucas Cavallini es un jugador del que ya se sabe qué esperar: potencia pura para enfrentar a los zagueros, acertado para jugar de espalda al arco y asiduo merodeador del área. Lucas, tras un paso discreto en la MLS, regresó a México para jugar con los Xolos de Tijuana, sin embargo, en el equipo fronterizo las cosas no se le dieron y hoy, otra vez, está en Puebla para buscar un segundo aire con el cual reivindicar su carrera.

Por otra parte, no se sabe qué esperar de Santiago Ormeño. Este jugador tuvo una destacada trayectoria con el Puebla del primer torneo de Larcamón, sin embargo, tras la semifinal contra Santos se fue a León y de la Fiera fue de equipo en equipo.

A Ormeño tampoco le ha ido de la mejor manera con Perú, no obstante, si hay un equipo en el que puede levantar su carrera es este Puebla porque aquí tendrá oportunidades y escasa presión puesto que, como se señaló en líneas anteriores, este equipo no está obligado a campeonar sino a sobrevivir como se pueda y con lo que se tiene.

¿Qué esperar de segundas partes? Que sean, al menos, similares a las que le antecedieron. Veremos cuáles serán los alcances de Lucas y Santiago en la temporada de su retorno al equipo camotero.