Puebla festeja 80 años con el peor torneo de su historia
¡Pobre Puebla! Tan lejos estás de parecerte a esos equipos blanquiazules que lograron dos ascensos. Y, por supuesto, qué lejos estás de tener el semblante que alguna vez luciste durante la mayor parte de los ochenta y un fragmento de los noventa.
Vaya forma la de celebrar el aniversario ochenta de la Franja. Con cinco puntos, porque esta noche difícilmente conseguirá uno y ya no hablemos de los tres, Puebla terminará una campaña que, para como están las cosas, bien le habría ido si ésta hubiese sido mediocre. Más directiva, cuerpo técnico y jugadores hicieron todo cuanto estuvo a su alcance para que el certamen que hoy culminará en su etapa regular no sea mediocre sino un rotundo fracaso.
No puedo mentir y decir que las temporadas de Puebla habitualmente son buenas. Durante los últimos tres años la Franja tuvo campañas que superaron las expectativas y esto pudo dejar por un momento en el olvido esos certámenes de derrotas a racimos y de prematuras eliminaciones, sin embargo, más son los semestres malos que buenos. Pese a ello, hay, incluso en los episodios malos, unos muy, muy malos y, peores que aquéllos, éste.
Lo conseguido por Puebla este torneo es penoso. Las trece derrotas que el equipo tiene hasta este día son trece dagas que añicos hicieron un semestre en donde factible era no calificar y evidenciar una considerable baja de nivel, pero, a la par, en primer torneo del 2024 se tenía prohibido hacer un papelón como el que se ha hecho. En doce días la Franja se convertirá en un equipo octogenario y, para festejar, lo hará con el calificativo de peor equipo de la Liga MX; sí, el peor equipo de una liga en donde juegan conjuntos como Bravos, Mazatlán y San Luis.
En doce días, otra vez, como ha sucedido durante los últimos seis años, ¿las redes sociales del club camotero apelarán al ya gastado discurso de hacer valer la historia y los dos campeonatos de liga para paliar el coraje de la afición? Me gustaría pensar que no, pero, al final, es muy posible que recurran a ello.
¡Pobre Puebla! Tan lejos estás de representar dignamente al estado, tal y como fue el propósito de aquellos visionarios que, en un edificio de la avenida Reforma, planearon tu gestación en 1944.
¡Pobre Puebla! Tan lejos estás de parecerte a esos equipos blanquiazules que lograron dos ascensos. Y, por supuesto, qué lejos estás de tener el semblante que alguna vez luciste durante la mayor parte de los ochenta y un fragmento de los noventa.
Una de las pocas buenas que tiene el tocar fondo es que, precisamente, ya no se puede estar peor. Por ello, espero que esta noche, cuando posiblemente el América meta tres o cuatro goles, exista una dura autocrítica en aquellos que toman las decisiones en este equipo, uno que, al menos por ahora, no está diseñado para competir y campeonar sino para ser un pretexto para tener vigente el viernes botanero.
Deseo que esta temporada no mala, sino malísima, no se olvide. Y es que, si se olvida lo penoso que fue este semestre, bien podría replicarse en breve. No puedo negar que el futbol es un negocio y que hay muchos factores ligados a esto que provocan que la Franja esté lejos de los equipos mandones de la Liga MX, sin embargo, un club ganador es, sin lugar a dudas, un negocio mejor que lo que representa un club perdedor. Bien harían en evaluar esta obviedad los dirigentes del Puebla.