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Selección Mexicana: Panem et circenses

Para que haya éxito debe haber un cambio total en esta lista de integrantes. No se logrará éxito con los mismos ingredientes que han dado fracasos durante tanto tiempo.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 31 AGO 2024 - 0:32

Selección Mexicana: Panem et circenses
Arte: GRADA

La Selección de México es el negocio premium de la Federación y del grupo que comanda más decisiones del equipo. Se dejó de lado el tema de proyección y éxito futbolístico desde hace muchos Mundiales y de ahí hasta aquí, ha sido una gran lista de errores sin ton ni son. 

La función del director deportivo en México es, generalmente, un puesto comodino para algún compadre que no trabaja como el equipo necesita, sino como la prensa aplaude.  A mi parecer, solo pocos entrenadores han tenido éxito y dado personalidad al equipo tricolor. 

Ricardo La Volpe, con una buena generación de futbolistas y la aplicación plena de la estrategia futbolística aplicada en sus partidos, puso a México a competir en alto nivel llegando a ser cabeza de serie en un Mundial. 

Javier Aguirre y su primer etapa, antes de todas las historias tétricas de arreglo de partidos que no fueron en el fútbol español, sino desde el juego en 2002 vs USA (no hay pruebas, pero definitivamente no hay dudas). 

Miguel Herrera, hasta antes de su altercado con Christian Martinoli, el cual le costó su carrera como entrenador; desde su salida del equipo verde solamente ha dado tropiezos en clubes menores. 

Estos tres entrenadores han marcado equipos de época. 

Manuel Lapuente y su logro local en la Confederaciones era una obligación, ante equipos cortos y un Brasil sub 23 debía ser ganado por fuerza. 

Bora Milutinovic, Miguel Mejía Barón y César Luis Menotti no pudieron terminar de marcar una época ante buenos arranques en sus momentos de dirección tricolor. 

Hugo Sánchez y su ego solo maltrató su nombre, su legado como futbolista sigue pero su carrera como entrenador cerró de manera estrepitosa, sin importar cuantas veces se promocione en televisión. 

Juan Carlos Osorio y sus métodos pudieron aplacar a algunos ilusos con su discurso, pero al momento de los partidos importantes terminaba igual que los otros fracasos. Ganó muchos partidos en los famosos “Moletour”, pero perdió varios más en encuentros definitorios.

El “Chepo” fue un buen resultadista en general; sin embargo, una racha de 10 juegos marcaron su salida. 

Gerardo Martino, tuvo como demérito principal su nacionalidad y una prensa y afición caliente que exigía sangre sin escuchar razones. Encerrados en su burbuja, clamaban por un título mundial que no va a llegar a México (por lo menos no en los próximos 20 años). 

Y ahora después del casco de Diego Cocca y Jaime “Jimmy” Lozano, los federativos hacen caso a la encuesta popular y le traen al pueblo (música de redoble) al “Vasco” Javier Aguirre y a Rafa Márquez. 

No se atrevió la FMF a poner a Rafael Márquez directamente para cuidarle y evitar que el último gran ídolo que está completamente preparado no pudiera con la tarea, entonces se les ocurrió la gran idea (ideota) de poner al “Vasco” como cabeza y a “Rafa” como auxiliar. 

El tema del equipo nacional, además de la dirección técnica, tiene que ver con la materia prima para la estrategia. Quisiéramos jugar como el Brasil de Ronaldo y Romario, pero cuando ves con quién cuentas, empiezan las lágrimas. 

Siempre los equipos del nivel de México deben partir desde el orden táctico, empleando las fortalezas de los futbolistas que mejor se adapten al funcionamiento que se busca. 

Ya sea una formación defensiva, ofensiva o en su caso balanceada, los jugadores deben elegirse de acuerdo al plan. La realidad es que llaman a los mismos 35 futbolistas y tratan de acomodarlos en formaciones qué no explotan sus habilidades. 

El pueblo clamó y el César dio “pan y circo”.

Nos entregaron al entrenador con folklore mexicano y al jugador leyenda preparado y formado en Europa. Un tándem que choca porque uno está a la vieja escuela, el entrenador mal hablado, grotesco en modos y que pierde el respeto cuando se expresa como salido de cantina. No se espanta uno de ese personaje, pero el puesto en el que está no permite esos modos. Los entrenadores mundiales tienen un perfil distinto, pero al fin y al cabo estamos en México, entonces, entre más palabras folklóricas y modismos del mexicano de uso común más pertenencia tiene el fanático. 

Por el otro lado está “Rafa” que viene formado en Europa como jugador y entrenador y tiene ese perfil silencioso, educado y formado qué podría permitir darle una visión distinta al equipo. Además tiene un nombre que da respeto en Europa y que posiblemente pueda abrir la puerta a partidos más importantes del otro lado del charco.  Esta dupla llegará al Mundial sin dudas, pero mientras tanto el tiempo se pierde. 

Volvemos al tema de los futbolistas. 

Para que haya éxito debe haber un cambio total en esta lista de integrantes. No se logrará éxito con los mismos ingredientes que han dado fracasos durante tanto tiempo ya. 

Y recuerden, la pelota siempre al 10. 

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