La carrera de los 80 millones
El momento de acción del club Puebla no perfila un cierre de temporada alentador y aunque a Guede le trajeron refuerzos que solicitó, no ha funcionado del todo.

El terrible torneo, (si, uno más) nos deja en la recta final por los 80 millones de pesos.
Tanto Mazatlán como Puebla, hijos del mismo padre pero queridos de manera distinta, están en la carrera parejera por no hacer perder al tío Richi los 80 millones. Sin embargo, los perderá por cualquier de sus dos hijos, solamente falta saber si es por el consentido o por el no querido.
Si algo ha dejado claro en su gestión para camoteros y cañoneros, es que los primeros son los no deseados y los segundos son los que podrían hacer algo distinto, pero tampoco lo logran.
En este análisis de segunda parte de temporada veremos quién será el responsable de reducir la herencia Salinas por la maravillosa cantidad de 80 millones.
Puebla tiene igual número de juegos restantes de local y visitante, recibiendo a 3 de los equipos que han mantenido un buen nivel en el torneo: Toluca, Tigres y Necaxa.
Mientras que las visitas serán con equipos medio escalón menos complicados futbolísticamente pero que por ser visitantes podrían presentar una dificultad mayor: Juárez, León y Chivas.
Mientras que Mazatlán recibirá a Atlas, Chivas y Tijuana; y visitará a Querétaro, Atlético de San Luis y América. Panorama que pareciera mejor para su localía, pero complicado en sus salidas.
La diferencia es de 5 puntos a favor de los enfranjados pero a priori pareciera que la multa caerá de lado azul y blanco dejando que los morados sigan siendo el equipo consentido.
Salvo un gran cambio de estructura y funcionamiento, los camoteros parecen estar destinados a sufrir la derrota emocional de pagar los 80 millones de pesos.
El momento de acción del club Puebla no perfila un cierre de temporada alentador y aunque a Guede le trajeron refuerzos que solicitó, no ha funcionado del todo. Han existido errores puntuales y tarjetas rojas que no deberían haber existido y que tal vez habrían dejado resultados más alentadores.
El vestidor se ha reportado como centrado y apoyando las instrucciones del entrenador pero en la cancha los resultados no los acompañan. El tiempo se hace menos y la multa está a la vuelta de la esquina.
Mientras que desde Mazatlán el panorama luce más esperanzador, y esa “culpa” de gastar los 80 millones de papá suena distante.
Si bien el calendario para los morados parece favorable, el funcionamiento poblano debe hacer acto de presencia y ejercer una diferencia.
Mazatlán ha jugado los últimos varios torneos de la misma manera, aproximadamente juntando unos 12 puntos y sobrellevar temporadas paupérrimas en nivel futbolístico pero al dueño no le importa y eso permite que un equipo que debería estar descendido siga participando campantemente, esto y que el descenso sigue sin aparecer en la normativa de la Liga MX.
La funcionalidad de los 80 millones de pesos que la liga tan ansiosamente recaba al final de los torneos solamente es para aumentar los bolsillos de algunos. No hemos tenido una repercusión en el desarrollo de la liga ni la preparación de aquellos que mes con mes nutren sus necesidades y evitan que esos ingresos generen un desarrollo de la misma liga.
El ascenso y descenso debe regresar más allá de la multa. Esa motivación de ejercicio pleno de facultades y talento de los planteles y debe ser una obligación para generar un mejor rendimiento en y por los equipos.
El mundial está a la vuelta de la esquina y la competencia interna es una obligación para que tanto Aguirre como Márquez tengan material humano para completar una selección más completa y compacta que evite un ridículo descomunal en la justa a jugarse en 2026.
La misma liga lo va a agradecer ya que tenemos partidos terriblemente aburridos y con una deficiencia técnica y táctica apabullante, sin embargo, el no tener repercusiones graves más que el tema económico, y que la mayoría de los dueños no le ven problema, generan un problema directo con los fanáticos.
Más allá del producto vendible como playeras y abonos, el futbol mismo está en decadencia absoluta.
Urge que la carrera de los 80 millones tenga más castigo que un ligero hoyo en la cartera.
Y recuerden, la pelota siempre al 10.