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Lobos Plateados fue un proyecto serio… guiño, guiño

Hace un par de días supimos que “durmieron” a Lobos Plateados. ¡Qué lástima! El proyecto tenía bases sólidas y era, en toda la extensión de la palabra, un proyecto serio…guiño, guiño.

Omar
Omar Rodríguez

Actualizado: 14 MAR 2025 - 4:04

Lobos Plateados fue un proyecto serio… guiño, guiño
Arte: GRADA

En septiembre de 2024, mientras viajaba a Veracruz con el objetivo de relajarme unos días y alejarme de todo aquello que tuviera relación con la estresante cotidianidad laboral, me llegó —como suele pasar con distintos deportes, pero en especial con el basquetbol— una información interesante.

De manera breve y concisa se me hizo saber que la vida de Lobos Plateados como franquicia poblana tenía elevadas posibilidades de terminar apenas culminada su primera temporada en la Liga Nacional de Baloncesto Profesional.

No lo dudé mucho para ser sincero.

Los antecedentes con franquicias poblanas, la falta de patrocinios y el marcado interés de los directivos del equipo para vincularse de alguna forma con la BUAP, me hicieron pensar que Lobos Plateados únicamente era un pretexto para explorar en Puebla algunas áreas de negocio porque, se sabe bien, tener un equipo profesional de cualquier deporte le da a sus propietarios la posibilidad de estrechar lazos con los sectores público y privado. 

A pesar de mis conjeturas, con la finalidad de confirmar la información que me hicieron llegar, le escribí a tres personas cercanas al proyecto —aunque no necesariamente vinculadas al club— para pedirles que, en la medida de sus posibilidades, pudieran contarme algo al respecto.

Una no me respondió; la otra me dijo que nada sabía y la tercera, efectiva y certera, me comentó que eso era totalmente falso aunque, en el siguiente mensaje, me puso jajaja, onomatopeya a la que siguió un emoji del jefe Gorgory —el policía de Los Simpson— con una frase que terminó por revelarme todo: “El proyecto va para cuatro años, al menos”. “¡Lo que te dijeron es falso!” “Guiño, guiño”. “¡Falso, totalmente!” “Guiño, guiño”. 

No pude disimular una estentórea carcajada. Me pareció simpática la referencia del guiño, guiño para revelarme que, efectivamente, como publicó recientemente este diario, “dormirían” a Lobos Plateados.

En aquel momento, viajando en carretera y con mala señal en mi teléfono celular, me dispuse a escribir una nota o quizá una columna al respecto, sin embargo, al ver el rostro de uno de mis acompañantes, supe con dos o tres gestos que mal haría en ponerme a escribir porque el viaje era familiar y vacacional, específicamente planeado para no hacer caso al tema profesional.

Comprendí la situación. Mas, como supongo que sucede con todo periodista que le apasiona su profesión, opté, para no dejar pasar la información, publicar un breve comentario en Facebook en donde, de manera breve y directa, hice mención del prematuro adiós de Lobos Plateados.

Lo que siguió me pareció algo extraño. Me llegaron mensajes de personas, unas más, otras menos, relacionadas con la narración de los partidos profesionales de basquetbol. Ellos, residentes en la capital del país y partidarios del proyecto, negaron una y otra vez la información. Ellos, de manera indirecta, colaboraron un poco para que la poca afición al proyecto siguiera creyendo que el equipo a Puebla llegó para quedarse.

Hace un par de días supimos que “durmieron” a Lobos Plateados. ¡Qué lástima! 

El proyecto tenía bases sólidas y era, en toda la extensión de la palabra, un proyecto serio…guiño, guiño.

Sobre el autor

Omar Rodríguez
Omar Rodríguez

Periodista poblano, escritor, conductor de radio y televisión. Ha realizado coberturas de 30 torneos de Liga MX y coberturas internacionales, entre ellas Copa del Mundo FIFA y Copa Confederaciones.