Pericos de Puebla 2025: una incógnita
Los Pericos de Puebla se han ganado a pulso el cariño de la afición y la reputación de un equipo ganador. Eso defienden en la temporada del centenario de la LMB: la insignia de ser el orgullo de la ciudad.

Causó mucho escozor entre las huestes emplumadas, “el atrevimiento” de poner en duda la elección del nuevo mánager de los Pericos de Puebla –el venezolano Russell Vásquez– o en su momento, anticipar la información respecto a un atribulado invierno en el que varios ídolos del último campeonato dejaron la organización, y no precisamente de la mejor manera.
Como la lisonja y la zalamería no nos sientan bien, a veces pareciera que somos el “Enfant terrible” de un deporte que en Puebla está acostumbrado a los jornaleros del elogio. GRADA y quien esto escribe, tienen un solo compromiso: con los lectores.
A unas horas de comenzar la temporada del centenario de la Liga Mexicana de Beisbol, me sostengo en la misma tesitura: los Pericos 2025 son una incógnita.
La pretemporada no es una muestra cien por ciento fidedigna del nivel que puede alcanzar un equipo, aunque hay ciertos indicios de la esencia del mismo. Poniendo sobre la balanza lo visto en los encuentros de exhibición previos al playball, podemos vaticinar algo: estos Pericos van a parlar altisonante.
Un equipo de hombres, más que de nombres. Porque otro “pecado” que se nos atribuye, es el de insinuar lo que no necesita rodeos: la nómina se aligeró. Eso no es una crítica, es un racional y no tiene otro fin más que el de ponderar el grado de exigencia y, eventualmente, el mérito que puede alcanzar la novena verde en su desempeño durante la campaña.
Cuántas veces hemos visto a equipos que aparentemente armados hasta los dientes, terminan siendo una decepción. Los Pericos de Puebla 2025 son un equipo con hambre, con renovados bríos y con una intensidad diferente, pero la afición en la Angelópolis está acostumbrada a ver a auténticos trabucos sobre el diamante, equipos que suelen basar su éxito en los batazos largos, los jonrones y la pirotecnia.
La versión 2025 de la parvada tendrá un poco de eso, pero la intensidad y agresividad serán el nuevo signo distintivo de un lineup que va a desempolvar el “beisbol pequeño”, el viejo “librito”, un juego en peligro de extinción gracias a los tacticidas sabermétricos.
Hasta ahí “mis pronósticos”. Todo lo que venga, para bien o para mal, no es ni más ni menos de lo que el amplio margen del beneficio de la duda puede ofrecer. Por eso soy historiador y no profeta, si fuese esto último podría vivir de mis apuestas.
De entrada, los Pericos tienen tres series que se acomodan para comenzar bien la temporada: ante el Águila en el puerto, y contra los Piratas de Campeche y los Tigres de Quintana Roo en Puebla.
Lograr una buena racha en la primera parte de la temporada, genera una inercia que puede ser la diferencia al momento de hacer cuentas al final del calendario.
Los Pericos de Puebla son los mimados de la plaza. La prensa, la afición, la opinión pública y hasta los políticos, les tiran piropos porque son los únicos que le han dado alegrías a la cuarta ciudad más importante del país.
Yo prefiero ir juego a juego y serie a serie, después de un 2024 que fue un año para el olvido, y que gracias al mediocre sistema de competencia de la liga se pudo maquillar con el espejismo de la calificación.