Luis Enrique Fernández está en todas partes

Hay personas de futbol que he visto muchas veces.

En otra época, una de acudir diariamente a cubrir los entrenamientos del Puebla, miré y platiqué con jugadores que en el equipo estuvieron entre 2008 y 2021.

Pero esa época, una que medianamente extraño porque en ella cualquier reportero podía, si lo quería, ver al menos una media hora de entrenamiento semanal y tener ese contacto con el hábitat del futbolista profesional, terminó cuando se hizo frecuente el llevar a cabo prácticas cerradas, dificultando con ello la labor reporteril, misma que, a partir de ello, se limitó a lanzar preguntas sin mucho fondo a personajes que, en una sala de prensa, hoy responden con vaguedad.

Marginando a esos jugadores que vi muchas veces en la zona mixta o en los entrenamientos efectuados en el estadio Cuauhtémoc o en una de las tantas sedes que históricamente ha tenido la Franja, puedo decir, con seguridad, que al hombre de futbol que más he visto en su hábitat o fuera de él, es al gran Luis Enrique Fernández.

No suelo poner calificativos a la ligera, sin embargo, Luis Enrique Fernández vaya que es grande y en las siguientes líneas así lo detallaré.

No hay parte del año en que no me encuentre con Luis Enrique Fernández, nacido en Morelos, pero más poblano que muchos nativos de esta ciudad. 

A él me lo he encontrado tantas veces que ahora, solamente para contextualizar mi afirmación, puedo señalar que lo he visto, obviamente de manera inesperada, en lugares tan diversos como un expendio de huevo cercano a la 17 poniente, en Plaza Crystal, en Plaza Dorada, en farmacias, caminando por El Mirador o por la 31 poniente. 

¿Cuál es el común denominador en esos encuentros fortuitos con Luis Enrique?

Él, siempre, con educación, tiene que detener su trayecto varias veces para saludar a los aficionados de la Franja que se acercan a saludarlo. No omito precisar que, si se halla en la calle platicando con personas que valoran lo que hizo por el equipo, habitualmente debe interrumpir esas charlas para atender a los automovilistas que, sin dudarlo, tocan sus cláxones para saludarlo. 

Así es Luis Enrique: conocido y admirado por muchos.

Luis Enrique Fernández, a quien escuché y vi en la última emisión de Franjitis, está en todas partes y no refiero a las calles o comercios de esta ciudad en la que se quedó a vivir. Luis Enrique Fernández es el único hombre de futbol que, ligado al equipo, ha estado en los momentos más importantes del mismo. 

Debo precisar que, en el único en el que no tuvo que ver, y nada más porque por temporalidad imposible fue, correspondió a la fundación del equipo, sin embargo, marginando ese episodio, él, si se analiza a detalle, ya sea como jugador, entrenador, asesor, directivo, promotor o embajador del club, ha estado en los momentos más significativos del Puebla, su Puebla y el Puebla de varios que, a pesar de que han pasado cuarenta años, seguimos mirándolo correr con vehemencia por toda la cancha del estadio Cuauhtémoc en aquella tarde de mayo en que, con un tiro fuerte y raso, fue a darle su primer corona liguera a la Franja, su Franja.

Luis Enrique está en todas partes.

Si usted lo duda, vaya a consultar la historia del Puebla.