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Papa Francisco: el futbolero celestial

La vida de Jorge Mario Bergoglio siempre tuvo presente el fútbol como parte de su identidad. Como Sumo Pontifice llevó al balompié a niveles únicos con el fin de acercarse a las masas y entender a la religión como un ente flexible y no como el recto juez.

Gerardo
Gerardo Cano

Actualizado: 22 ABR 2025 - 6:35

Papa Francisco: el futbolero celestial
Arte: GRADA

Jorge Mario Bergoglio, conocido mundialmente como Papa Francisco, ha partido de este plano terrenal a los 88 años de edad dejando a su paso un enorme legado que va muchísimo más allá de su ámbito como líder religioso. 

El Papa Francisco fue todo un fenómeno sociocultural al haber sido el primer latinoamericano en haber llegado al máximo nombramiento que otorga la Iglesia Católica, por lo que era cuestión de tiempo para que hiciera cohesión con los hispanohablantes.

Uno de los puntos que pocos contemplaban pero que me hizo ganar adeptos fue su amor natural al fútbol, en específico al Club Atlético San Lorenzo de Almagro al cual además de ser hincha, era socio activo.

Su estatus como Sumo Pontifice no afectó en lo más mínimo su cariño por el deporte, al contrario, lo hizo formar parte de una historia que para algunos rayó en un milagro con aquel título de Copa Libertadores 2014 con el Patón Bauza.

El carisma que siempre mostró ante temas complejos le permitió utilizar el fútbol como esa vía de comunicación que los acercara hacia una vida más tranquila lejos de los problemas que genera el hombre con pensamientos conflictivos.

La vida del Papa Francisco tuvo episodios bastante curiosos pero sí hubo uno que pudo presumir por encima de otros fue algo que no cualquiera podía contar: ver tres veces a la Albiceleste como campeona del mundo y con tres míticos como Kempes, Maradona y Messi, nada más.

Durante su pontificado de 13 años, Papa Francisco recibió a millones de personas en El Vaticano destacando la colección de playeras de fútbol que fue generando al paso de los años, pues sin imaginarlo, el gremio creó un museo andante.

Hablar de un líder religioso suele causar opiniones divididas pero en el caso de Jorge Mario Bergoglio, fue muy distinto porque en sus múltiples mensajes se apoyó del deporte para que la sociedad tuviera una reflexión que le permitiera ser mejor que ayer.

Nunca tuvo miedo de hablar de temas incómodos y espinosos dentro de la religión e incluso puso a Edson Arantes Do Nascimento (Pelé) por encima de los míticos argentinos que portaron el 10 en la espalda y le bordaron las estrellas a La Albiceleste.

Pasaron los años, pero la sonrisa que caracterizó a Jorge Mario Bergoglio jamás se perdió, que los padecimientos qué enfrentó no pusieran en duda parte de su personalidad que siempre inyectó dosis de esperanza sin necesidad de levantarse de una silla de ruedas.

El mundo del fútbol despide a un referente que amó la pelota tanto como quienes viven la pasión, a alguien que lo defendió y promovió tanto como el que sale a jugarlo en las calles, barrios y estadios, a una figura que no necesitó reflectores ni amigos en la FIFA para ganarse el cariño de la gente.

La tristeza que invade al balompié mundial por la despedida del Papa Francisco habla por sí mismo, el legado que tiene es único y para muestra están las muestras de cariño de todo el deporte donde siempre recalcó que no hay nada mejor que unirse con las iniciativas sociales.

Se fue Jorge Mario Bergoglio, pero el legado del Sumo Pontífice perdurará. Que a nadie le quede duda y si no pregúntenle al San Lorenzo de Almagro.

Gracias por todo, Papa Francisco.

Requiescat in pace.

Sobre el autor

Gerardo Cano
Gerardo Cano

Periodista deportivo poblano con 10 años de experiencia cubriendo diversos fuentes desde nivel universitario hasta profesional.