GRADA Opinión

Consecuencias vacías

Un plan con responsabilidades compartidas y consecuencias reales ayudará a que el Club Puebla pueda tener un método de crecimiento y con resultados más favorables.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 27 ABR 2025 - 9:43

Consecuencias vacías
Arte: GRADA

¡Ajá! ¿Y ahora qué?

Se consumó un torneo más desde la parte baja de la tabla, se sumaron muy pocos puntos y mucha vergüenza, se ilusionó a una afición con un entrenador que trabaja bien, pero tiene una plantilla marchita, física y mentalmente.

Una directiva que desde la oficina y pocas decisiones de peso quieren modificar el rumbo del equipo, un dueño que tuvo que pagar por sus tres equipos (en una liga sin multipropiedad, guiño guiño).

Y hoy “deciden” mantener a un entrenador por situación financiera, traducción: “no vamos a pagar el finiquito”. Un ejemplo más de la planificación que se tuvo en el contrato de Guede.

Idea millonaria en un equipo que va a la baja paso a paso, a veces demasiado aprisa: cualquier contrato que se haga debe ser de poca temporalidad, y con cláusulas de rescisión consecuentes con los resultados.

Cuando parece que el suelo ya es lo más bajo que se puede llegar, siempre aparece una nueva situación que parece que el club deba llegar cavando hasta China.

Una limpia total de plantilla es lo necesario, urgente diría yo hace un par de años.

Que la directiva se apoye con gente capaz de crear y desarrollar un plan de trabajo para los próximos años con miras a levantar paso a paso al equipo.

Reacciones apagafuegos que terminan atizando más el mismo, es el común trato que hemos recibido. Y todos nos quejamos antes, durante y después de cada partido, ¿por qué?

Sencillo, no hay pies ni cabeza, ni ganas de cambiar las cosas y ¿por qué no las hay?, aún más sencillo, no hay consecuencias.

Contratos bien pagados, no hay consecuencias deportivas, los fanáticos abuchean y reclaman pero el bolsillo de los futbolistas no se toca, porque si se castiga van y consiguen que no les hagan nada.

En cualquier trabajo estás a costa de tu rendimiento, en el bendito fútbol esto no aplica, por lo menos no de manera inmediata.

La liga permite que la mediocridad reine y cada afición se hace cargo de su equipo en cuanto a apoyo, queja y exigencia. Sin embargo la liga misma no genera ninguna presión sobre los clubes y su muy pobre desempeño, esto hace que el escenario que vivimos de cerca con el Club Puebla sea similar en por lo menos otras 8 plazas más.

El éxito siempre es la excepción a la regla, lo dice acertadamente Bielsa, no todos pueden ganar, el distinto es el que logra la excepción en el triunfo.

Entendemos que no habrá 18 campeones por torneo y que no todos pueden ganar los partidos, como lo comentaba en alguna columna anterior sobre el mismo club y la Selección Nacional, debemos entender nuestra categoría de trabajo, jerarquía si bien lo podemos decir así.

Romantizar el pasado con un par de éxitos de otra época, vivimos de los dos títulos en los 80s y de algún título menor desde aquellos tiempos.

No somos un equipo grande, no somos un equipo que competirá cada 6 meses por el título, no somos un equipo con las más grandes estrellas, no somos un equipo con flexibilidad económica, no somos un equipo con una estructura de fuerzas básicas que produzca muchos futbolistas jóvenes, no somos un equipo femenil que compita y esté en lo alto de la tabla, esto es lo que no somos.

Parece ser muy crudo pero es la realidad. Partiendo desde aquí, podemos crecer una enormidad, podemos hacer un producto rentable para los próximos 5 años y posiblemente durante ese proceso tener alguna excepción con trabajo consistente  en todas las líneas de crecimiento.

Hace falta, como en cualquier empresa, entender la misión y visión del equipo.  Este paso nos lleva a la filosofía de club y juego posiblemente, entender nuestro rol en la liga y como queremos demostrarlo partido a partido.

Históricamente hemos tenido torneos de buena competencia con planteles modestos pero con jugadores que hacen diferencia y se logran los resultados que nos mantienen la ilusión de ser algo más que un equipo del montón.

Un plan con responsabilidades compartidas y consecuencias reales ayudará a que el club pueda tener un método de crecimiento y por ende con resultados más favorables, de lo contrario seguiremos vagando sin ton ni son por la endeble Liga MX.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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