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Cristiano Ronaldo: de irrefutable a irreconocible

Nadie duda que es un portento físico, que se reinventó tantas veces fuera necesario para que el éxito se mantuviera, pero hoy día no es ni la sombra del grandísimo jugador de los 5 balones de oro.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 18 NOV 2022 - 3:45

Cristiano Ronaldo: de irrefutable a irreconocible
Arte: GRADA

En los últimos años hemos visto la debacle del personaje que es Cristiano Ronaldo. Pasó de ser el excelso competidor por el título del mejor futbolista del mundo a un personaje sobrepasado por su fama, viviendo a la sombra y preso de su éxito en ahora un estado de frustración continua.

Viajemos a 2009 cuando llegó con ‘bombo y platillo’ a la capital española. Un fichaje forzado, anunciado y deseado años antes que por fin daba con el traste de un nuevo set de “galácticos”, que dadas las circunstancias del portugués sería no una camada de jugadores estrella, sino jugadores del escalón debajo a él.

Con él llegaban Karim, Xabi y Kaká; y se iban Sneijder, Van Nistelrooy y Robben como nombres prioritarios. El equipo se debía hacer alrededor suyo, puesto que era la gran apuesta de Florentino con el proyecto Galáctico 2.0. Al año siguiente apuntalaron Özil y Di María, y se fue Raúl González Blanco; después llegaron Modric, Kroos, Bale, Casemiro y hasta “Chicharito”, que en su breve paso por el Madrid hizo gran tándem con el luso.

Sin embargo, el papel de extremo disruptivo y asistidor pasó a segundo término con su fichaje por el Mejor Club del Siglo XX, donde debía ser la gran estrella; debía redituar con actuaciones espectaculares el fichaje más caro del momento.

En lo personal siempre me quedaré con el Cristiano del Manchester United, ese tipo encarador, rebelde, asistidor, goleador cuando debía serlo, siempre al servicio del equipo, con Sir Alex jamás hubiera terminado siendo este niñato berrinchudo que hoy a sus 37 años opaca su grandiosa y exitosa carrera con desdenes dignos de un infante de no más de 5 años.

Su puesto por la banda en Inglaterra era siempre útil, jugando con Tévez, Rooney, Ruud, y quien estuviera en la cancha, siempre participaba para lograr un fin común, mantener al United como el equipo contendiente por excelencia en la Isla y en Europa.

Su rol de estrella mediática se modificó cuando fichó por los merengues, venía con el “9” y Ronaldo en la espalda, inmediatamente Nike salió al quite del movimiento de Pérez: “Ronaldo solo hay uno, cristianos muchos”. Florentino quiso aprovechar el momento del fichaje sabiendo que el dorsal “7” jamás se lo podría quitar al Ángel de Madrid, situación que arregló después con su salida por la puerta lateral al Schalke 04.

Cristiano comenzó una historia de éxito personal con el Real Madrid. Lamentablemente para él y sus compañeros, había en ese momento un Barcelona pleno con un Messi que no cabía en ningún estadio y que Guardiola comandaba por nota; hicieron temporadas memorables los blancos, siempre abajo de los blaugranas.

Cuando Cristiano anotaba 2, Leo hacía 3; cuando el Madrid ganaba 10 partidos, el culé ganaba 11. Se construyó el punto más alto de la rivalidad en el Clásico, comenzó en 2008-2009 con el 2-6 en el Santiago Bernabeu, una goleada histórica que cimbró las costillas del club blanco y que de inmediato se pusieron a trabajar para evitar otro ridículo similar.

Vinieron un par de descalabros más y en la temporada 2010-2011 Cristiano declaró: "A ver si a nosotros el Barça nos mete ocho", esto después de un recital blaugrana al Almería. El resultado después de la desafortunada declaración: 5-0 en Camp Nou, baile y show incluido, Piqué con la mano en altO, y “Mou” y Cris retirados al vestidor en silencio.

El personaje tomaba forma, la pelea de callejón se hacía partido a partido. “Leo” y Cristiano peleaban por el título del mejor del mundo, con unos equipos a su lado que batallaban incansablemente por el escudo en el pecho, Guardiola y Mourinho, Josep y José, (vaya ironía) eran las mentes detrás de este maravilloso encuentro.

En el clímax de su goleadora carrera vestido de blanco, con Champions en los brazos, campeonatos de Liga, un gol en las alturas en la final de Copa del Rey ante Barcelona, decidió un día “buscar otros retos”. Se fue a la Juventus donde un equipo ganador año tras año, se convirtió en uno más del plantel, venía como la herramienta principal para lograr que la Juventus levantara “la Orejona”. Sin embargo, los cuartos de final se atragantaron cada vez que se acercaba la Vecchia Signora.

Logró 101 goles con la “Juve” y era momento de partir nuevamente para más ‘retos’; sin embargo, volver a Manchester no sería como lo pensó. Seguramente soñó volver y que el mundo se rindiera a sus pies, titularidad indiscutida y títulos para el renacer del equipo, pero el entorno actual y la realidad del United no permitiría ni permitirá dicho escenario.

Ahora se ha peleado con el entrenador, da declaraciones innecesarias (siempre las ha dado, pero antes había resultados de por medio; hoy no), discute hasta con el viento y el tipo que fuera en su momento el deseo de todos, ahora se convirtió en el que nadie quiere.

Su destino se forja para volver a Portugal o viajar a la MLS para dar los últimos años de su carrera en un rango competitivo menor que le permitan recuperar un poco de lo que ya dejó en las canchas. Nadie duda que es un portento físico, que se reinventó tantas veces fuera necesario para que el éxito se mantuviera, pero hoy día no es ni la sombra del grandísimo jugador de los 5 balones de oro.

Hoy el personaje ya le ganó la partida y parece que, o madura de inmediato o terminará en el olvido inmediato por sus desdenes. Sus números quedarán ahí, siempre estarán ahí, nadie duda de su grandeza en tiempo pasado; hoy su realidad es muy dura y distinta.

Debe cambiar su mentalidad para ayudar en lo que deba a su equipo; en la Copa del Mundo pienso que será un freno más que una motivación, los portugueses tienen una plantilla bárbara, pero seguirá encapsulada mientras “CR7” deba ser titular por decreto.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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