Arce enciende la cuenta regresiva para su directiva
En noviembre del año pasado, cuando aún no se confirmaba al nuevo estratega de la Franja tras el sorpresivo adiós de Nicolás Larcamón, sugerí que en caso de ser “Lalo” Arce el elegido para liderar dicha misión, lo recomendable sería prescindir del resultado y, preferentemente, examinar el método de elección (es decir, el cómo, el por qué, el para qué y, sobre todo, el quién o quiénes lo eligieron).
El hombre del momento (por no decir, el “payaso de las cachetadas”) en el entorno del Club Puebla es, sin lugar a dudas, Eduardo Arce Peña.
Después de lo ocurrido, no sólo el domingo pasado, sino a lo largo del Clausura 2023 (incluyendo actuaciones del equipo, declaraciones previas y en conferencias posteriores a los partidos; etc.), es que surgen diversos motivos para ello.
Sin embargo, el director técnico de la Franja (en las últimas horas, ratificado en su cargo por una voz autorizada del club), debería distar, y mucho, de ser el imán que atraiga todas las miradas por el accionar del equipo, durante el actual torneo.
En noviembre del año pasado, cuando aún no se confirmaba al nuevo estratega de la Franja tras el sorpresivo adiós de Nicolás Larcamón, sugerí que en caso de ser “Lalo” Arce el elegido para liderar dicha misión, lo recomendable sería prescindir del resultado (sus números como entrenador al frente del equipo, durase lo que durase) y, preferentemente, examinar el método de elección (es decir, el cómo, el por qué, el para qué y, sobre todo, el quién o quiénes lo eligieron).
Desde el día uno –su presentación –y hasta la fecha, Arce dejó siempre en claro que estaba listo para el reto que significaba tomar las riendas, no sólo de un equipo de Primera División, sino de una escuadra como Puebla; esa misma a la que defendió como jugador, como entrenador de equipos juveniles y, también, como auxiliar técnico del primer equipo durante el último proyecto; factores –pocos o muchos, según quién –que le daban un ‘plus’, mientras la directiva ‘deshojaba la margarita’.
Incluso, ante su insistentemente mencionada ‘inexperiencia’ en los banquillos como un factor de riesgo y desconfianza para delegarle tal encomienda, sobre todo con el matiz del vínculo establecido entre la afición y el entrenador anterior, Arce se envalentonó destacando su experiencia como auxiliar en la Liga Expansión.
Y es precisamente por ello que ahora, sucedido lo sucedido y visto lo visto, es que Arce tendrá que llevar la música por dentro, “tragar veneno” y trabajar como energúmeno en lo que, ojalá, llega ‘su momento’ con la Franja.
Mientras tanto, en los despachos del club deberán estar muy atentos porque una vez finalizada esta conveniente marea de dimes y diretes, análisis, críticas, señalamientos y opiniones varias, el vestidor tendrá que dejar de ser el epicentro de la conversación para dirigirse adonde realmente se encuentra el origen de las cosas.
Aunque a algunos, por supuesto, eso no convenga. Tic, tac…