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La bravuconería del Club Puebla

Son innumerables los episodios en los cuales la afición de la Franja ha tenido que soportar, tanto en propia casa como en suelo ajeno, las consignas de este colectivo gangsteril.

Miguel
Miguel Caballero

Actualizado: 15 SEP 2023 - 3:02

La bravuconería del Club Puebla
Arte: GRADA

La reciente resolución por parte de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) en contra del Club Puebla por el caso de “alineación indebida” de Luis Miguel Noriega, provocó en las entrañas de la institución camotera un arrebato de bravuconería que me resulta encantador.

Desde que tengo uso de razón, que casualmente es la edad en la que defiendo estos colores como si en verdad fueran míos (tal vez lo sean), de no ser por el “Campeonísimo”, aquella trágica final perdida en el Camp Nou ante León, así como otros contados episodios, algunos felices y otros de tremendo orgullo y dignidad deportiva, lo cierto es que los tragos amargos han sido el “día sí y día también” del aficionado de la Franja. Y no de gratis.

Aquella “rebelión” protagonizada por Emilio  Maurer contra Televisa, el eterno “todopoderoso” del fútbol mexicano, ha provocado (por más de 30 años y contando) una persecución encarnizada en contra de la Franja a través de diversas marrullerías, desde las más ridículas hasta las más humillantes, incluyendo exilios del propio estadio Cuauhtémoc, falsos presidentes-dueños impuestos desde sus oficinas, embargos, y, por supuesto, el látigo constante a través de su máquina de castigos preferida (además de sus relatores): el gremio arbitral.

Son innumerables los episodios en los cuales la afición de la Franja ha tenido que soportar, tanto en propia casa como en suelo ajeno, las consignas de este colectivo gangsteril, ya sea con robos descarados, “colegiados” prepotentes o con interpretaciones al reglamento que muy, pero muy (pero muy) difícilmente se suelen aplicar a otros equipos con tan encomiable firmeza (yo le llamaría hipocresía o conveniencia, pero al caso es lo mismo).

El “caso Noriega” es una prueba más de la admirable aplicación de las leyes por parte de la Comisión Disciplinaria; ese brazo operador de la honorable federación futbolera de nuestro país que va por la vida procurando justicia con intachable apego al reglamento, siempre y cuando no se afecte, evidentemente, a los intereses de los socios comerciales (es decir, los dueños) de la liga. 

En lo que sería un inesperado y riesgosísimo salto al vacío en caso de volverse realidad, la Franja se ha planteado acudir ante el TAS, pues considera que las pruebas en su poder le darían la razón que su viejo enemigo, con una recomendación condescendiente que más bien parece burla y una soberbia muestra de poder, le ha negado. 

Aunque algunos rumores afirman que las imágenes en poder del club son irrefutables y más allá de lo que suceda (porque estos pleitos suelen salir más caros), mi yo de niño, que es quien en realidad escribe esta columna, agradece de corazón esta última bravata del club contra ese organismo coludido de impresentables, que a nivel cancha y administrativo siguen y seguirán en su contra con labores propias de la “cosa nostra”. 

En demasiadas ocasiones se pidió, por un asomo de dignidad o al menos por guardar las apariencias, que alguien de entre todos los que se supone lideran al club, saliera en su defensa de manera pública y contundente, pues el silencio sólo exhibía dos escenarios (ambos preocupantes como imperdonables): sumisión o complicidad.

En el fútbol como en la vida, existen partidos que están perdidos desde un inicio. Por eso no hay nada más emocionante que salir a jugarlos, sin pensar el resultado, pero poniendo lo que hay que poner.

Sobre el autor

Miguel Caballero
Miguel Caballero

Director Editorial de GRADA. Cuenta con 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha cubierto torneos oficiales de FIFA como Copa América y Copa Confederaciones, entre otros. Coautor de los libros "Puentes" y Escribir es un ensayo".