GRADA Opinión

Celebrar el futbol

Dentro y fuera de la cancha el respeto como humanos debe perseverar pero la rivalidad debe darse con festejos, cánticos, burlas y demás, es parte misma del futbol; tirar un caño y decir una floritura; esto es futbol, anotar y festejar en la grada rival, esto es futbol.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 25 MAR 2023 - 0:30

Celebrar el futbol
Arte: GRADA

El mundo se ha hecho más sensible en aspectos sociales y esto no deja fuera al fútbol y sus emociones; sin embargo, se ha llegado a un punto de no aceptar lo que la emoción misma del deporte te da cuando logras el éxito. Los tiempos cambian y con esto se pretende que algunos festejos se censuren.

Se imaginan a Cuauhtémoc Blanco hoy día sancionado por los innumerables festejos; el momento de Robbie Fowler en Liverpool y su festejo con la línea de cal; “Bati” disparando con la camiseta de la Fiorentina por la esquina; Adebayor celebrando su gol citizen cruzando el campo para pararse ante los fanáticos gunners; Diego y Caniggia dándose un beso; los colombianos bailando en el Mundial; Raúl y Cristiano silenciando y calmando a los blaugranas; Balotelli preguntando “¿por qué siempre yo?” o mostrando la musculatura ante los alemanes; Tévez haciendo “la gallina” ante River; Scholes y Neville con lo mismo que Maradona y Caniggia; Di Canio y sus afrentas fascistas; Finidi George –en el ‘94 –haciendo el “perrito” en pleno Mundial; Gazza y su festejo en la Euro, evocando la crítica a la bebida; German Villa haciendo que CU le siguiera la porra del “Goya, Goya”; y ya ni digamos del “Dibu”, con el “dale, que te como, hermano” a Jerry Mina y el bailecito cuando ataja penales; común denominador en todos estos festejos: las emociones que en el momento de éxtasis llevan al jugador a hacer algo distinto, algo que comparta al aficionado esa pasión que permite a ambos disfrutar el instante.

Hoy esos festejos serían vetados en un 80% ya que hemos convertido la sensibilidad en histeria. Una cosa es entender que hay temas que se deben respetar y otra que ya todo le moleste al crítico que muchas veces ni siquiera es del deporte; es un crítico especializado en decir que todo está mal. Es parte del hoy del mundo.

Galeano definía al gol como “el orgasmo del futbol”, el momento cúspide, lo más emocionante; vivimos para festejar los propios y esperamos evitar los contrarios.

Emocionarse con una atajada, una barrida, una acción defensiva está bien, es parte del juego; pero llegar al gol, con jugada preparada, individualidad, rebotes, hasta un autogol, es lo máximo que podemos esperar en el fútbol.

Partidos que tienen alta cantidad de goles y emocionan desde el primero al último, se disfrutan todo el tiempo. Luego tenemos juegos 0-0 que se definen al 90 y minutos y es el cúlmen del éxtasis total; otros que entre volteretas se ganan de última oportunidad y esperamos que esos tipos, 22 para empezar y probable 32 al terminar, no tengan esa emoción a flor de piel para salir y gritarle a todos los vientos, sacar algún movimiento ridículamente feliz que haga vibrar al estadio que ya clama el gol desde las voces de los miles de aficionados, que esas ganas de ganar el juego no exploten finalmente cuando se consigue la meta principal del fútbol.

Entender que la delgada línea entre ofender y burlarse deportivamente les queda a muchos exquisitos de la educación difusa y dispersa, dentro de la cancha se busca ganar, que el rival no juegue, que se haga menos, que el escudo del pecho venza al de enfrente, que un club sea más que el otro y esto siempre con deportividad y rivalidad sana, que la burla sea por méritos futbolísticos y no por temas sociales y físicos.

Hace mucho tiempo la camaradería no era observada con lupa: estaba el “gordo”, el “negro”, el “dientes”, el “pelón”, el “chaparro”, el “guapo” (aunque era lo contrario) y no era un tema de afectación psicológica; ahora, al chaparro le dicen así y parece que no fuera la verdad. La sociedad, de manera inconsciente, se ha vuelto intolerante a la tolerancia (valga la redundancia).

Dentro y fuera de la cancha el respeto como humanos debe perseverar pero la rivalidad debe darse con festejos, cánticos, burlas y demás, es parte misma del futbol; tirar un caño y decir una floritura; esto es futbol, anotar y festejar en la grada rival, esto es futbol; la rivalidad que ante una falta provoca empellones, esto es fútbol. Ganar por el escudo, defenderlo durante la estancia en el club. Celebrar el futbol siempre y en cada jugada.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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