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Club Puebla: entre lo urgente y lo importante

El cambio que tanto se ansía para el bien de la Franja requiere más allá de rostros nuevos en el banquillo o de un triunfo ocasional; se necesitan verdaderas pruebas, compromisos respaldados por hechos y no por narrativas acumuladas de absoluta nada.

Miguel
Miguel Caballero

Actualizado: 28 AGO 2023 - 2:12

Club Puebla: entre lo urgente y lo importante
Arte: GRADA

Dentro de las bondades que también permiten las redes sociales, no fue hace mucho tiempo que una maravillosa imagen se hizo viral para ejemplificar a la perfección la diferencia entre lo “urgente” y lo “importante”.

Dentro de un partido de fútbol infantil (el fútbol de verdad), con esos uniformes donde la playera podría servir perfectamente como pijama de una pieza, un niño corre tras el adversario con la firme intención de quitarle la pelota; sin embargo, en el camino se encuentra sorpresivamente con su hermano (notablemente menor), a quien termina dándole un fuerte abrazo, para luego reanudar con el objetivo inicial.

El viernes pasado, el Club Puebla logró lo que a todas luces era urgente: ganar. El juego ante Bravos de Juárez, a pesar de la dificultad del rival (sublíder del torneo), se presentaba como la ocasión perfecta para la plantilla de resarcir, aunque fuera un poco, el terrible comienzo de semestre; sobre todo porque en el banquillo ya se presentaban caras nuevas (y amables). 

Y fue así, con un planteamiento sensato acorde al recurso con el que se cuenta, sin experimentos ni aspavientos, que la Franja consiguió su primer triunfo del torneo, demostrando que el castigo –alargado innecesaria e inexplicablemente durante varias semanas –no era realmente lo que este equipo era capaz de ofrecer. 

Sin embargo, no hay que perder de vista que tanto el cese del anterior entrenador como este resultado fueron únicamente cuestiones urgentes de resolver y conseguir, pero que distan, y mucho, de tomarse como discurso y bandera para dar por finalizado el despropósito que vive el club a nivel institucional.

Maravillosa noticia, por supuesto, que la afición de la Franja haya disfrutado, por fin, de un triunfo del equipo al que apoyan en cualquier circunstancia; que haya sido testigo, por fin, de un gramo de dignidad deportiva por parte de algunos futbolistas que recordaron de hacer bien su trabajo y defender el escudo que les permite competir en el alto rendimiento; que después de varias semanas de horror, volvieron a dormir con una sonrisa de orgullo y gozar un fin de semana diferente. De corazón, felicidades a todos ellos. 

Pero que no se olvide, como ejemplo de lo importante, que cada una de esas situaciones no son un favor ni una limosna.

El cambio que tanto se ansía para el bien de la Franja requiere más allá de rostros nuevos en el banquillo o de un triunfo ocasional; se necesitan verdaderas pruebas, compromisos respaldados por hechos y no por narrativas acumuladas de absoluta nada. 

Al igual que en la historia de aquellos niños, el abrazo ya llegó. Ahora, a lo que sigue. No será tan difícil, pues el camino ya se lo saben.

PD. Además de la sensatez a nivel cancha, se agradece, y mucho, la educación, el respeto y la ecuanimidad del profesor Ricardo Carbajal en conferencia de prensa. Ante los mares de pedantería en el interior de la institución, por supuesto que esto no es un tema menor. Enhorabuena.

Sobre el autor

Miguel Caballero
Miguel Caballero

Director Editorial de GRADA. Cuenta con 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha cubierto torneos oficiales de FIFA como Copa América y Copa Confederaciones, entre otros. Coautor de los libros "Puentes" y Escribir es un ensayo".