Aguirre, Márquez y la populachería del Tri
De cara a una Copa del Mundo que será un jolgorio para un país ávido de éxitos en el deporte que difícilmente le entrega recompensas a su devoción, el nombramiento de Aguirre y Márquez.
Es oficial: Javier Aguirre y Rafael Márquez –el tándem más idealizado para hacerse cargo de las riendas del fútbol mexicano –fueron presentados como nuevos líderes de la Selección Nacional.
La fórmula protagonizada por dos de las más grandes figuras en la historia del balompié mexicano tales como “el Káiser” y “el Vasco” –la cual, vale la pena mencionar, hasta hace algunos días parecía poco menos que imposible –es “un sueño hecho realidad”.
De cara a una Copa del Mundo que será un jolgorio para un país ávido de éxitos en el deporte que difícilmente le entrega recompensas a su devoción, el nombramiento de Aguirre y Márquez (por muchos considerados como mejor director técnico y mejor futbolista mexicanos de la historia) resulta un éxito rotundo en esta ‘nueva’ resurrección de nuestro fútbol.
Por eso es que ambos –por iniciativa propia o por recomendación de algún sabio guionista telenovelero –no tardaron en tirar de ilusión, alegría, amor al país y toda esa serie de absurdos que lo único que hacen es dirigir la conversación hacia un sitio que en lo absoluto corresponde a la realidad, ni a la problemática por resolver.
Incluso, en algo que no sabemos si es absurdamente cómico o grotescamente cínico, Javier Aguirre se confesó ilusionado y alegre porque en el fútbol mexicano “existe un proyecto donde se están haciendo bien las cosas”. Tal vez el entrañable “Vasco” estuvo tan concentrado en su proyecto con el Mallorca que jamás se enteró del caos que hoy lo tiene de vuelta como ‘salvador’ del Tricolor.
La decisión más populachera en los últimos años de la Federación Mexicana de Fútbol (el ente deportivo populachero por excelencia en este país), debía sostenerse, por supuesto, en un discurso populachero.
¡Qué ganas de que ya llegue el 2026!
Y recuerden: la intención sólo la conoce el jugador.