Una tregua por la Franja

Debieron pasar algunas horas para encontrar un poco más de serenidad y escribir con mesura, aunque no con menor desánimo, sobre la situación actual del Club Puebla. Un presente triste y doloroso pero que era inminente porque sabíamos que si no era atendido y respaldado de manera adecuada, el “milagro Ricardo Carbajal” terminaría por convertirse en lo que fue: una anécdota; una bonita, reconfortante y, de cierta manera, ilusionante, pero anécdota a final de cuentas. Esta triste realidad de la Franja tiene varios responsables:

Uno de ellos, por supuesto, Ricardo Carbajal. En primera, por aceptar las migajas que le dieron para disputar este torneo a pesar de haberle echado la mano a la directiva meses atrás, que lo terminó echando con una patada por la puerta atrás. Grandiosa lección la que se ha llevado Carbajal, quien seguramente preso por la calentura, la presión y la desesperación de darse cuenta que ya no tenía el respaldo ni en las oficinas ni en el vestidor, se lanzó a los exabruptos contra la afición. En su siguiente oportunidad en el máximo circuito, si es que llega a tenerla, seguramente Carbajal habrá aprendido que la afición no es responsable de absolutamente nada.

Después, por supuesto, los jugadores. Algunos de ellos, que han mostrado dignidad y realmente se pueden llamar “profesionales”. Y los que a todas luces evidente no lo fueron, que no tengan la menor duda que eso tendrá una repercusión en su trayectoria.

Pero la conversación, al menos título personal, debe dirigirse con mayor énfasis hacia la directiva del club; principalmente a dos personajes:

El primero, Jorge González; este pseudo director deportivo del equipo, de quien ya hemos hablado anteriormente. En un club medianamente profesional, después de las decisiones que ha tomado y el despropósito que ha sido su gestión, su nombre ya no tendría cabida. Pero existe un contexto especial con este tipo, quien está totalmente ‘apadrinado’. Le sucedió lo mismo en Atlas, hoy en Puebla y –porque en la industria del fútbol abundan estos especímenes que ocupan cargos sin mayor mérito que ser familiares o cuates de alguien –le sucederá mañana en otra institución; y así, una vez tras otra, parasitando hasta que su padrino decida lo contrario.

Y el segundo, Gabriel Saucedo, director general del equipo, aterrorizado en Puebla apenas unos meses atrás y de quien, cuando se supo de su llegada, existían muy buenas referencias. Pero creo que sería adecuado recordarle, sobre todo porque él ha sido enterado de manera directa y no podrá negarlo, que algo de lo que más adolece y se reclama en Puebla es que alguien salga a dar la cara.

Pero alguien de los que realmente toman decisiones, no de los que reciben un sueldo para fingirlo o de los que cobran por evento y honorarios para seguir apareciendo y perteneciendo al medio. Alguien de los que realmente mandan, que tenga la personalidad para aparecer y decir “esto es lo que creemos”; “esto es lo que pensamos”; “esto es lo que haremos y buscamos”. Y así, tener un poco más claro el panorama, más allá de que sabemos a la perfección que la filosofía –el mentado ‘modelo’ -se reduce a comprar muy barato y revender muy, pero muy caro, mientras se sobrevive en la competencia.

Incluso, se me ocurre, aprovechando que trabajan de manera conjunta y para el mismo grupo (al menos en la teoría), sería maravilloso que entre áreas pudieran compartirse los manuales de comunicación. Que lo que hace Mercadotecnia –que más allá de ciertos errores, es el área que mejor trabajo ha realizado desde que entró la administración de TV Azteca – con sus acostumbrados ‘bombardeos’ para la venta de Franjabono, “Duo Packs” o jerseys barrocos, sería igual de increíble que se replicara en el área deportiva para decirle a la afición de qué va realmente este proyecto.

Pero como para eso se necesita gente con personalidad y con un par de lo que hay que tener y no simples becados, dicho ‘sueño’ no se cumplirá. Y ante ello, creo que es el momento adecuado de poner una pausa y lanzar una tregua. Me parece que es el momento idóneo para que esta directiva se largue. Y para que lo haga ya.

Llegó el momento de que esta gente deje el proyecto en manos de empresarios –de preferencia poblanos, pero de los que de verdad invierten y deciden, y no de los que fingen para ello –y cortar por lo sano.

Es el momento de que este grupo de operadores, de manera total y no compartida, centren su atención y rotundísimo talento en otros proyectos. ¡Ahí está Mazatlán! Ese mismo producto emergente, que nació de muy mala manera tras ser ‘arrebatado’ a una plaza emblemática y una afición noble como Morelia, y que nada más no termina de afianzarse.

Las relaciones hay que saber cuándo finalizarlas y reconocer que ya no dan para más. Este grupo debe reconocer que le está faltando el respeto a una ciudad y a un estado que los recibió de buena manera, que les ha permitido llevar un pan a la boca y la de sus familias, así como hacer negocios y gozar de grandes beneficios.

Ojalá que algunos empresarios poblanos que sí tengan la personalidad y el coraje de imponerse y hacer respetar la historia de la Franja –esa misma que la empresa Operadora y Escenarios Deportivos S.A. de C.V. ha utilizado para llenarse los bolsillos –decidan dar un paso al frente y realmente mostrar, si no amor, sí un respeto por la leyenda de un histórico del fútbol de México como lo es el Puebla.

Y recuerden: la intención sólo la conoce el jugador.