Puebla, Guede y unas expectativas mesuradas
El primer partido del 2025 permite comprender a qué podría jugar la Franja en el mejor escenario.
Como me sucede frecuentemente —y como supongo que pasa con los aficionados que siguen al equipo en cada partido— me dispuse a ver el juego ante Monterrey con unas expectativas muy bajas.
Sin embargo, con el pasar de los minutos, Puebla, a pesar de sus evidentes limitantes, me dejó una grata impresión. Error cotidiano es tener prejuicios y yo —como seguramente también sucedió con los seguidores de la Franja— tuve uno muy marcado: pensé que, cuando menos, los camoteros terminarían el compromiso con tres goles en contra.
Lo que sí sabía —o pensé saber— es que Monterrey, con todo y su mal actuar en una final que fue ampliamente dominada por América, no podría repetir ante Puebla un accionar tan poco lacerante como lo permitiría pronosticar su plantilla, una muy poderosa en lo económico, pero que, como ya ha quedado varias veces claro, es muy débil cuando se trata de conseguir los resultados esperados.
Por supuesto que el rival cuenta y que Rayados, pese a ser ese equipo al que siempre le falta algo para figurar, es un conjunto complejo, al que, previo a enfrentarlo, no se cuenta con la probabilidad de triunfo a favor. Por todo esto y porque Puebla logró llevar el partido a donde quería, es que el punto conseguido en el Gigante de Acero es, por supuesto inesperado, pero a todas luces bien recibido.
Poco más de noventa minutos es un parámetro muy escaso para vislumbrar lo que puede hacer esta temporada el Puebla de Pablo Guede. No obstante, el primer partido del 2025 permite comprender a qué podría jugar la Franja en el mejor escenario.
Debe mencionarse que, ni remotamente, se podrá esperar que Puebla tenga partidos de tú a tú con los ocho primeros sembrados; incluso, es posible que ante equipos como Necaxa y San Luis —otrora rivales del mismo peso que los camoteros— no se juegue con tanta vocación ofensiva, sin embargo, por el momento no importan las formas, puesto que lo verdaderamente importante es que se sume y que, a partir de ello, se pueda construir un futuro mucho más apacible que el pasado inmediato.
Por lo pronto, este viernes la Franja jugará por primera vez en el año en el estadio Cuauhtémoc. El rival es el Atlético San Luis, quien viene de hacer un gran torneo, puesto que llegó hasta la ronda de semifinal donde, por cierto, cayó frente a los Rayados.
El partido, desde mi óptica, tiene como ligero favorito al visitante. Sin embargo, el orden defensivo del Puebla, los desbordes que pueda comandar Brayan Angulo y la sociedad que integrarán Luis Quiñones y Emiliano Gómez otorgan posibilidades a la Franja de que, sin que muchos lo esperaran, termine la segunda jornada con cuatro puntos en la bolsa.