La Franja les quedó enorme
La afición ha despertado y ojalá se mantenga así, sin darle un céntimo ni un gramo de atención más a este remedo de club. Porque, si es que hay que aclararlo, este no es el Puebla de la Franja.
Han pasado poco más de dos meses desde aquel 25 de febrero; fecha en la que, a manera de tregua, le propusimos a la gente que realmente toma las decisiones en el Club Puebla, que se hiciera a un lado.
Esto, con el objetivo de no seguir agravando una crisis, a todas luces evidente, que vivía la institución a nivel dirigencial (con estos bandos que se están peleando el poder); a nivel deportivo (con una nula, negligente, inútil dirección deportiva) y a nivel vestidor (plantilla y cuerpo técnico, que iban por por caminos completamente distintos). Y justamente aquella ocasión, enfatizamos sobre la importancia de decir “hasta acá”; porque cuando sabes que la relación no da para más, que no tendrá un buen final y que los objetivos son distintos, hay dejar de pensar solamente en el beneficio propio y, apelando a la sensatez y salud mental, ponerle punto final a la situación.
Por supuesto que esto no ocurrió. Y la consecuencia de ello fue que en este Clausura 2024, la Franja concluyó como último lugar general del campeonato. Pero no conforme con ello, lo hizo “con honores y por todo lo alto”. Y justamente en el torneo en el que cumple 80 años de vida, la Franja logró la peor actuación de su historia.
Hay que ser realmente muy malo, hay que querer hacer las cosas realmente mal, para que en un fútbol como el de México, que es muy mediocre y muy mediano, logres lo que logró el Puebla. Porque más allá de lo que digan los jilgueros, los queda bien y los dirigentes que le quieren ver la cara a la afición, la Liga MX no es competitiva, donde cualquiera le gana a cualquiera porque “es de altísimo nivel”. Por supuesto que no. En México, cualquiera le gana a cualquiera, porque la liga es mediocre y ha dejado de ser un mercado realmente apetitoso para jugadores internacionales y jugadores de proyección. Y con ello, se necesita de un talento extraordinario para lograr los números de la Franja: 5 puntos de 51 posibles; 43 goles en contra con una diferencia de -25 anotaciones; 14 derrotas en 17 partidos.
O tal vez, hay que ser muy cínico, muy soberbio y muy hambreado (sobre todo, muy hambreado), para que a pesar de darte cuenta que las decisiones que estás tomando van en contra de tu proyecto; que le estás dando la espalda a tu afición y te estás burlando de ella y que estás pisoteando un escudo y una historia que tú no escribiste pero de la que te sirves para llenarte los bolsillos, sigas bajo el mismo camino donde solamente te importa el dinero. Y esto retrata fielmente en manos de quién está la Franja actualmente.
A esta directiva le da absolutamente lo mismo quién llene el estadio Cuauhtémoc. Si son aficionados del Puebla, o si son aficionados de Pumas, Cruz Azul, Tigres, Atlas, Toluca o Necaxa. Hoy, cualquier equipo viene a Puebla y le pinta la cara, no solamente en la cancha, sino también en las gradas. Y eso, más allá de generarle a la directiva un coraje o un compromiso de hacer mejor las cosas, muy por el contrario, le llena de alegría. Mientras sigan facturando, da absolutamente lo mismo de dónde venga el dinero; si es vendiendo a toda la plantilla, poniendo precios altísimos a la taquilla para que la gente del Puebla no vaya al estadio, pero sí asistan las aficiones rivales. Eso es lo que realmente importa. La afición se ha dado cuenta de ello y ya no cae tan fácil en esta manipulación de “si realmente quieres al equipo, ven a apoyar”. Esto sucede cuando la institución, de manera integral y verdadera, hace algo por mejorar las cosas, pero cuando te das cuenta que te están viendo en la cara y que solamente quieren tu dinero, hay que dejarlos morir solos, que los mantenga otra gente. Hay que dejar de ser la burla de este grupo de vividores.
La afición ha despertado y ojalá se mantenga así, sin darle un céntimo ni un gramo de atención más a este remedo de club. Porque, si es que hay que aclararlo, este no es el Puebla de la Franja. Hace falta que alguien le diga a cada uno de los que están ahí adentro, que la Franja es uno de los equipos históricos de fútbol mexicano, una de las grandes leyendas del balompié nacional. Un club que además de ser uno de los fundadores de nuestro balompié, ha sido dos veces campeón de Primera División, así como uno de los máximos ganadores del torneo de Copa, “Campeonísimo”, y que cuenta con palmarés internacional; que por sus filas han pasado grandísimos futbolistas, nacionales y extranjeros, así como grandísimos directores técnicos, tanto extranjeros como mexicanos. Incluso, que dos de los tres mejores directores técnicos mexicanos en la historia (don “Nacho” Trelles y Manuel Lapuente) han dirigido al Puebla, que uno de ellos fue campeón en dos ocasiones y “Campeonísimo”. Un sinfín de cosas que arropan el mito de la Franja.
Pero mientras eso no exista, lo de este Clausura 2024 seguirá ocurriendo y se convertirá en la normalidad de la Franja; o de esta burla que dice ser la Franja, pero que está muy lejos de serlo.
A la gente que logró esta humillación, un sincero y enorme reconocimiento. Lograron por lo que tanto trabajaron durante los últimos tiempos. Ojalá que estén disfrutando de la obra que construyeron. Eso sí, que quede muy claro, aunque su dueño, su padrino, eventualmente los ponga en otro lugar, en otro club, para seguir siendo las “mentes brillantes” de la industria del fútbol nacional, en su espalda y en su memoria siempre cargarán con el recuerdo de que, bajo su mando, el histórico Puebla de la Franja logró la peor actuación de su gran historia.
Siempre recordarán que esta Franja no es para ustedes; que esta Franja les quedó enorme.
Y recuerden: la intención sólo la conoce el jugador.